El Gobierno estableció una agenda "progresista” en los primeros meses del año. Mauricio Macri sorprendió con dar a sus diputados y senadores la libertad de acción para debatir sobre la despenalización del aborto, aunque su postura sea totalmente en contra.

La "mano dura”, la propuesta para cobrarles a los inmigrantes que se atiendan en hospitales públicos y otros temas menores que penetran en la clase media se convirtieron en tapas de los diarios más importantes en los primeros meses del año, lejos de la incertidumbre económica y la caída de imagen del Presidente.

El control de agenda, entonces, es una máxima del Gobierno. Consideran que instalando debates en la sociedad entierran de alguna forma los problemas financieros y los casos de corrupción que aparecieron en los últimos días (Valentín Díaz Gilliga, Luis Caputo, Gustavo Arribas, etc).

Ahora, el plan de Durán Barba y Marcos Peña pasa por "elegir” a sus nuevos enemigos. Confrontar, poner la polémica en boca de todos. Primero sucedió con los sindicatos, a quienes apuntó y puso en primera plana de la Justicia para terminar con las mafias gremiales. Una especia de presión en medio de la discusión paritaria.

Control de agenda: en sus días críticos, elige el Gobierno a la Iglesia como frente opositor

Luego fueron los industriales, aunque con poca suerte. La pelea con la cúpula de la UIA y el "dejen de llorar” no cayó bien entre los empresarios. Rápidamente, una reunión entre las partes buscó calmar las aguas y poner paños fríos al enfrentamiento.

En los últimos días, sin lugar a dudas, el nuevo enemigo de la Casa Rosada es la Iglesia. En medio del polémico saludo del papa Francisco a Pablo Moyano (enemigo número uno del Gobierno), Marcos Peña, jefe de Gabinete, expuso en el Congreso los sueldos de los obispos al responder una de las preguntas de los diputados.

En este sentido, lejos de enfrentarse a Cristina o algún otro dirigente opositor, el Gobierno prefiere poner a la vereda de enfrente a una institución pesada como la eclesiástica. Funda su nueva grieta, pero lejos del barro en el que está acostumbrado a moverse. ¿Servirá para tapar los números rojos de la agenda social? ¿Podrá imponer su nueva agenda?

La respuesta de Monseñor Aguer

El enojo de la Iglesia no tardó en llegar. En diálogo en FM Blue, el Arzobispo de La Plata cuestionó la posibilidad de que se debata el aborto. "Los que agitan esa bandera son de la burguesía”, lanzó, al tiempo que dijo que la "mujer tiene derecho sobre su cuerpo, no sobre el de otro”.

"Son otra de las cortinas de humo que lanza el Gobierno”, agregó y aclaró que "no tenemos un Estado laico”.