El primer mandatario encuentra dificultades para consolidar su candidatura en medio de una economía que no rebota y que, probablemente, no lo hará antes de las elecciones presidenciales. Con ese panorama, un sector importante del empresariado y de la dirigencia política sostiene que el boleto de Macri “está picado” y que debería dar un paso al costado para dejar lugar a una nueva fórmula presidencial, encabezada por la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, que ostenta algunos puntos más de imagen positiva que el presidente y podría aglutinar detrás de sí una mayor cantidad de espacios políticos, hoy descontentos con el rumbo económico y social de Cambiemos.

Según lo escrito por el presidente, en su primer mandato no es lo que vino a hacer, sino lo que tuvo que hacer porque “durante décadas no se hizo”. En ese sentido, tanto él como sus feligreses, destacan que hace falta un segundo mandato de Macri para ver los resultados de las medidas tomadas durante el primero. “Éstas son las bases sobre las que crece un país, sobre las que vamos a ser capaces de conquistar ese futuro que queremos. Un futuro al que nos acercamos dando pequeños pasos cada día”, remarcó.

En la segunda parte de la carta el primer mandatario contrastó su gestión con la del kirchnerismo, sobre todo en lo referido a la obra pública. “Un ejemplo claro es el estado en el que encontramos Vialidad Nacional en 2015. Sus irregularidades e inconsistencias resultaron en 12 causas judiciales y 41 ex funcionarios imputados. Seis de ellos están presos. Una de esas causas investiga a una empresa que se creó en 2003 con 12 mil pesos de capital inicial y que hasta 2015 fue contratista de Vialidad Nacional en Santa Cruz por más de 45 mil millones, que al valor de hoy son 132 mil millones. Desde su creación llegó a tener más de 50 obras adjudicadas solo en esa provincia. Algo que es, por lo menos, atípico. Para tener de referencia, en estos tres años y medio, la empresa con más contratos de obra pública vial estuvo a cargo de 5 proyectos en todo el país”, detalló.

“Todo ese dinero que los argentinos vimos en bolsos, en conventos, pesándose en departamentos, en bolsillos y carteras ajenas, era de todos”

Y agregó: Durante muchos años, los procesos de compras y contrataciones de obras, bienes y servicios del Estado se llevaron adelante desde una estructura que no solo facilitaba sino que promovía la malversación de fondos públicos, es decir, el dinero de todos los argentinos. Los presupuestos se dibujaban, la desinformación se fomentaba, los pliegos no se publicaban y la competencia era inexistente”.

En tanto, subrayó que la estafa de los sobreprecios no era la única, ya que las obras se abandonaban a medio hacer y “los cortes de cinta eran para la foto”. “Ahora no hay reuniones a puertas cerradas, ni secretos, ni misterios. Hay voluntad, trabajo sincero y, sobre todo, mucho amor y respeto por nuestro país”, siguió.