Boleta Única de Papel: argumentos a favor y en contra en Diputados
La cuestión de la gobernabilidad y el fortalecimiento de los partidos, la confusión en el cuarto oscuro y el problema de las boletas cortas en el sistema actual.
Después del fracaso de las distintas fuerzas de la oposición de tratar la implementación de la Boleta Única de Papel (BUP) en el recinto, la discusión pasó a comisión para escuchar la postura de los especialistas. Hay ocho proyectos en carpeta, pero el más importante en cuanto a avales conseguidos es el del diputado Florencio Randazzo, de Interbloque Federal. Ante el rechazo del oficialismo, el scrum opositor busca llegar a consensos que le permitan un dictamen unificado y de esa manera sentar las bases para acceder a la mayoría de 129 voluntades en la Cámara baja.
Este martes expusieron la mitad de los 46 expertos y expertas en el plenario de la Comisión de Asuntos Constitucionales –presidida por el frentetodista Hernán Pérez Araujo–. El resto, manifestará su opinión el martes próximo. Así, se pusieron sobre la mesa los diversos argumentos a favor y en contra. ¿Cuáles son?
A favor
El problema de la confusión que notan los detractores del actual sistema de boletas partidarias es central para ellos. Paradójicamente, quienes rechazan la BUP le machacan lo mismo. En defensa del instrumento propuesto por la oposición, Julia Pomares, exdirectora de CIPPEC y actual jefa de asesores del Gobierno porteño, fue la primera en hablar y sostuvo: “La Boleta Única les asegura a los votantes que al momento de votar puedan tener todas las opciones a su disposición, y que eso no dependa ni de la capacidad logística ni de los recursos de los partidos”. En ese sentido, aseguró que “el sistema actual no lo garantiza”.
Le siguió uno de los protagonistas de las reformas provinciales que fueron en ese sentido en las últimas décadas: el exgobernador de Salta Juan Manuel Urtubey. En el distrito del Norte argentino se implementa la Boleta Única Electrónica desde 2009. El exmandatario, afirmó que “el sistema representativo está en crisis” y que la BUP “no es la única solución al problema, pero es una avance”.
En contraposición, consideró que el actual sistema no aporta claridad. “Una abrumadora mayoría de los argentinos concibe que cuando votó a un presidente, en definitiva, en la tira terminó votando a un concejal” y, aunque “tal vez lo quería votar, no percibe ese libre ejercicio de su libertad democrática de haberlo elegido”.
Pablo Javkin, intendente de Rosario, de Santa Fe –primera en aplicar a nivel provincial un modelo de BUP–, coincidió en la existencia de una crisis de representación política, pero aclaró que “no tiene nada que ver con el medio de emisión del voto”. Sin embargo, respaldó el instrumento en discusión y aportó el dato de que en la población santafesina “ronda el 92%” su valoración, y dijo que “por eso nunca se modificó”. “El sistema de voto por categoría permite mayor oferta y mayor renovación, y baja el índice de repitencia electoral”, precisó.
La politóloga de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT), Ana María Mustapic, habló del problema de las boletas cortas en las elecciones actuales. Ejemplificó con el caso de 2009. En esos comicios, Néstor Kirchner salió segundo, pero además sacó menos votos que los candidatos provinciales de su propia lista.
Según la especialista, eso se explicó por la existencia de boletas cortas que solo tenían cargos electivos a nivel provincial y no nacional. En tanto, fue mucho más alto el voto en blanco en la categoría de diputados nacionales, porque aquellos que elegían las boletas cortas estaban votando en blanco (sin saberlo) en esa categoría. “El problema de estas prácticas es que se nutren de la desinformación y confusión del elector”, planteó la experta. "El elector, en el mar de boletas que encuentra en el cuarto oscuro, ¿sabe acaso que se trata de una boleta corta que está formando parte de una interna cuyo objetivo es restarle apoyo a candidatos que compiten en otras categorías?", se preguntó.
En contra
Entre los detractores del instrumento propuesto por la oposición, muchos defendieron el sistema actual de boletas partidarias. El politólogo Andy Tow fue uno de ellos. Destacó su versatilidad, “no solo para la realización de elecciones simultáneas, sino sobre todo para la construcción de coaliciones multi-nivel”. En tanto, fundamentó: “Las ofertas electorales multinivel fortalecen los partidos, porque conllevan la expectativa de que el piso que las integran apoya los mismos programas y objetivos”. A su vez, agregó: “Estamos resolviendo un problema que no tenemos y profundizando problemas que sí tenemos”.
En la misma línea se pronunció Dolores Gandulfo, del Observatorio Electoral de la COPPPAL, quien reparó sobre los “efectos adversos” que la BUP podría implicar. “La fragmentación del sistema de partidos debería preocuparnos. En las últimas elecciones en Perú hubo 24 candidatos; en Costa Rica, 25 y en Ecuador, 16. Eso llevó a que todos los presidentes electos estén en minoría en sus asambleas y la gobernabilidad en riesgo –explicó la especialista–. Nuestro sistema de partidos ha sido garante de la gobernabilidad y estabilidad. La BUP presenta ciertos riesgos en este sentido”.
Facundo Cruz, consultor en Ciencias Políticas y docente de la UBA y UTDT, también hablo de posibles efectos no esperados. Mencionó que a un partido se le exige “un promedio de una firma por mesa” para su reconocimiento y mostró como la creación de las PASO tuvo como objetivo reducir la cantidad de partidos políticos, que desde el retorno de la democracia fue cada vez mayor. “No solo no lo logró, sino que generó el efecto contrario”, expresó.
En tanto, concluyó: “Le estamos pidiendo al sistema electoral cosas distintas y contrapuestas entre sí: que sea fácil crear partidos políticos, que haya internas y que además todo esto entre en una única boleta”. Asimismo, afirmó: “Si vamos a discutir el instrumento de votación, no cometamos el error de no discutir una reforma política más integral”.