"No sé porque me dicen que me fui si siempre estoy volviendo". La estrofa, alguna vez creada por Aníbal Troilo, no pierde resignificación. Es que hoy, sesenta años después, puede aplicar de forma perfecta para sintetizar los vaivenes de Elisa Carrió, una de las patas fundamentales de Juntos por el Cambio, quien a fines de octubre anunció su retiro de la actividad política pero que, también, siempre, está de regreso.

Atrás parece haber quedado la posición de la ex diputada al inicio de la pandemia. "La paciencia da infinitos resultados", solía repetir para dar su apoyo a la medida sanitaria que obligaba el aislamiento social de toda la sociedad. Y a esos dichos, los respaldaba con sus actos: recluida en su casa de Exaltación de la Cruz, Carrió rechazó cuan invitación le llegó desde los noticieros para que diera su versión sobre la cuarentena.

Ahora, en cambio, la fundadora de la Coalición Cívica parece recargada. La primera señal de su retorno puede rastrearse en el firme apoyo a quien fuera su socio político, Mauricio Macri. Más allá del tuit en conjunto, gesto virtual para mostrarse juntos, Lilita decidió poner su firma para defender a Darío Nieto, el secretario del expresidente, quien fuera detenido por la causa que investiga un espionaje ilegal de la Agencia Federal de Inteligencia.

Majdalani

El apoyo de Carrió a Nieto no fue uno más. Es que para la chaqueña, la AFI representa un área sensible: fue la única que, siendo oficialista, mantuvo una disputa con la ex vicedirectora de la agencia de inteligencia, Silvia Majdalani, ahora también en la lupa de la Justicia por el accionar de los espías en tiempos en los que Macri comandaba el Ejecutivo nacional.

Cabe recordar que en 2017, pleno auge del macrisimo, Carrió había tocado la puerta del despacho del Presidente para pedirle la renuncia a la Señora 8 de la AFI. Luego, por televisión, relató que la estaban espiando -mostró fotos que "le llegaron" de su viaje a Paraguay- y le dio un ultimátum a Macri: es ella o yo.

El entonces presidente no acusó recibo y sostuvo a Majdalani. Carrió, sin embargo, no abandonó la alianza y apoyó a Macri en la campaña del 2019. Al día de hoy, aseguran que no quedaron rencores con su socio político, al punto de mantener -sin interrupciones- el diálogo fluido con el líder del PRO. Incluso, durante la cuarentena.

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Faltazo

El retorno definitivo se dio semanas después, cuando la exlegisladora -renunció a su banca, en Diputados, en marzo del 2020- ordenó a su tropa de la Coalición Cívica que no ingresara el id del Zoom que organizaba Alberto Fernández. El Presidente quería la foto con los diputados de la oposición, en la previa a la presentación de los tres proyectos económicos que tratará el Congreso.

En la previa, Juntos por el Cambio se había hecho desear: cuando le llegó la invitación, vía Sergio Massa, el bloque había pedido un encuentro a solas, sin la intervención de otros partidos políticos. El Ejecutivo cumplió el requerimiento pero, a la hora de la foto, las pantallas reservadas para la CC estaban apagadas.

El argumento parte de una histórica postura de Carrió: cada acuerdo político, en el lugar que corresponde. Conocedora de los pasillos de la Rosada (y, sobre todo, del Congreso), la antigua miembro de la Comisión Redactora de la Constitución de 1994 insiste en que la labor parlamentaria no puede mezclarse con los apoyos y pactos del Ejecutivo.

Sin embargo, no son pocos lo que ubican a la decisión de la Coalición Cívica por fuera de la letra chica parlamentaria. El partido fundado por Carrió es, de las tres patas de Juntos por el Cambio, el que mantiene posiciones más duras sobre el Frente de Todos. Sobre todo, en materia judicial.

Ante ese panorama (y con la exdiputada enfocada en la cuestión sanitaria, según comentan en su entorno) la Coalición Cívica pidió al Congreso la formación de una mesa de diálogo nacional, con la presencia de distintos representantes políticos y sociales. ¿Se presentará la propia Carrió si Alberto cumple su deseo?

Carrió, entre Ciudad y ¿2021?

Además, en la Coalición Cívica tuvieron que desactivar una bomba que parecía a punto de estallar. Es que en plena interna entre los halcones y las palomas de Juntos por el Cambio, Horacio Rodríguez Larreta tiene, además, la misión de coordinar la salida de la cuarentena. Y ante el anuncio de las nuevas fases, el jefe de Gobierno porteño aseguró que aún no es tiempo de abrir templos e iglesias en la Ciudad.

"El Santísimo está secuestrado", escribió Carrió en su cuenta personal, en línea con los posteos espirituales que suele publicar en la red social del pajarito. La sangre no llegó al río. "Con Horacio la relación es impecable", explica a El Canciller uno de sus voceros más cercanos de Lilita.

La pregunta que queda flotando en el aire es saber cuáles serán los próximos pasos de la chaqueña. Hace pocos días, en Clarín dejaron entrever que la ex diputada tenía pensado presentarse a las elecciones del 2021. Desde su espacio no lo confirman, pero tampoco lo niegan. "Es muy temprano para candidaturas", expusieron. Carrió es como el tango: siempre está volviendo.