Por estos días, buena parte de las acciones del Gobierno está orientada a continuar robusteciendo un operativo de vacunación que, en las últimas semanas, sembró justificadas esperanzas con la adquisición de nuevas dosis y el comienzo de la producción local de la Sputnik V. Otra de las aristas de la gestión tiene que ver con la deuda, plano en el cual Martín Guzmán sigue pedaleando ante el FMI y el Club de París. En ese sentido avanza la estrategia multilateral e internacional de la Casa Rosada.

Alberto y China

Desde su asunción, el presidente Alberto Fernández hilvanó buenas migas con la gestión de Xi Jinping. Un hecho que trascendió hace pocos días sirve como muestra: Alberto figura como invitado y orador en el acto del centenario del Partido Comunista Chino, que será el próximo 6 de julio. Es el único jefe de Estado sudamericano que dará el presente, y lo hará virtualmente. 

En cuanto a las vacunas, el camino a la inmunización local contará, entre los meses de junio y julio, con la llegada de seis millones de dosis del inoculante chino Sinopharm, más las que puedan sumarse tras el acuerdo con el laboratorio CanSino. Allí está depositada una buena cuota de esperanza para salir de la pandemia: el Gobierno percibe con optimismo que la vacunación y la adquisición de fórmulas se aceleraron en el último mes, y China es una parte importante de ese engranaje. 

En otro plano no menor, aparece el tema Israel como señal de alineamiento entre Argentina y el país asiático. El voto de Cancillería en la ONU para investigar violaciones a los Derechos Humanos en Israel y la Franja de Gaza acompañó las mociones de, entre otros, China. 

Massa y Estados Unidos

Una de las naciones que no figuraba entre los votantes que acompañaron a Argentina en la ONU es Estados Unidos. En ese momento, la situación se leyó como un cortocircuito y se abrió todo tipo de especulaciones sobre el futuro de la deuda, especialmente la que se debe negociar con el Fondo Monetario Internacional. Recostarse diplomáticamente en China podía traer consecuencias. Sin embargo, la estrategia internacional del Gobierno apuesta a no inclinar la balanza. En parte con ese objetivo, el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, viajará el 13 de junio a Norteamérica, en donde permanecerá durante cinco días.

Una vez allí, Massa dialogará con diferentes asesores, legisladores y referentes políticos del Gobierno de turno, y llevará un mensaje que, entre sus líneas, comunicará la intención argentina de cumplir con los compromisos ante los acreedores. Uno de los primeros encuentros será con Juan González, asesor latinoamericano del presidente Joe Biden, con quien el líder del Frente Renovador ya mantuvo una cena en Argentina. 

Asimismo, se entrevistará con el legislador demócrata Gregory Meeks: con él también ya hubo diálogos previos. Tanto González como Meeks se expresaron a favor de una resolución razonable entre el país y el FMI. Otra de las charlas de Massa será con Julie Chung, funcionaria encargada de América Latina en el Departamento de Estado. 

En todos los casos se puede leer una clara intención del Gobierno argentino para no perder el equilibrio y las buenas relaciones con las naciones más fuertes del mundo, China y Estados Unidos. Las vacunas y la deuda aparecen como los asuntos puestos sobre la mesa de ese contexto. Alberto y Massa, como los portavoces.