Ya es una realidad. A partir del miércoles 1 de julio, el corredor indivisible del Área Metropolitana tendrá nuevas restricciones. Al menos, por casi tres semanas más. Ante la escalada de casos y (sobre todo) la ocupación de camas en terapia intensiva, la medida fue consensuada por el triunvirato de Alberto Fernández, Horacio Rodríguez Larreta y Axel Kicillof.

Es que, hasta un par de minutos antes del anuncio del viernes pasado, entre los asesores médicos de los tres dirigentes se repetía el mismo mantra: si la circulación no cesa, el colapso sanitario puede ser una posibilidad real.

Y, del nuevo paquete de restricciones, se conoció que esta nueva Fase 1 del aislamiento social tendrá varias restricciones, entre ellas,  la marcha atrás con la apertura de comercios de cercanías, un recorte al listado de trabajos "esenciales" y la imposibilidad de salir a correr por las calles porteñas.

Sin embargo, el principal objetivo de la nueva extensión de la cuarentena hace mella en el transporte público. Las tres administraciones reconocen que trenes, colectivos y subtes son un arma de doble filo. En parte, por la propia infraestructura del transporte (vehículos cerrados con asientos pegados) que complejiza el distanciamiento social necesario. Pero también, en caso de generar algún contagio, por la multiplicidad de posibles nuevos brotes.

300.000

"La idea es poder recortar alrededor de 300 mil pasajeros diarios". Así lo explica a El Canciller un vocero del ministro de Transporte, Mario Meoni. La intención no es nueva: semanas atrás, un decreto del Ejecutivo nacional remarcaba que el traslado público era solo para los trabajadores esenciales. La extensión de la cuarentena potenció ese objetivo.

Ahora bien, qué porcentaje del total abarca este recorte proyectado. De acuerdo a las cifras del propio Ministerio, en el 26 de junio circularon en transporte público un millón treinta y un mil seiscientos ochenta y un personas en el Área Metropolitana. La tijera, entonces, debería abarcar a casi un tercio de los pasajeros.

Aumento de pasajeros en el transporte

Con el Big Data como principal aliado, el volumen de pasajeros en el transporte público es fácil de detectar. Tan solo con cargar los datos de la SUBE -controlado spor el Ministerio de Transporte- se puede conocer cuánta gente viaja, desde dónde y por cuánto tiempo.

En ese sentido, en las últimos dos meses, el aumento de transeúntes fue palpable. Por caso, en la primera semana de cuarentena, se subieron a trenes, colectivos y subtes un promedio de 552.179 pasajeros diarios. En abril, el flujo diario trepó hasta 798.819, lo que implicó un aumento del 44%. Ya para mayo y junio, el número de pasajeros diarios que utilizaron el transporte público subió hasta un millón de personas.

Eso sí, sin la cuarentena, el promedio diario era de 4 millones de transeúntes en el AMBA.

Planes A, B y C

Con la insistencia del recorte de pasajeros, el propio Presidente anunció mayores controles en las estaciones de trenes y en las paradas de colectivos.Pero, más allá de la presencia de efectivos de Seguridad, la pregunta que queda flotando en el aire es cómo se va a conseguir limitar el flujo de pasajeros.

En el Ministerio, por caso, una de las variantes sobre las que se apoyan es la nueva aplicación para reservar el pasaje en los trenes. Se da mediante la aplicación de Trenes Argentinos, que permite chequear la disponibilidad de los asientos,  y, en caso de que haya lugares disponibles, reservar un pasaje. Una modalidad implementada, por ejemplo, en la red de subtes de Pekín. “En las estaciones hay policías que controlarán el QR de la reserva“, informan a El Canciller desde Trenes Argentinos.

Las pruebas se dieron -con éxito- en la línea Mitre y se expandió, también al Sarmiento. No se descarta, entonces, que esa modalidad se extienda en otra línea populosa como el San Martín.

El dilema de la SUBE

Otra posible medida viene circulando desde hace varios días. Se trataría de bloquear la SUBE para todo aquel que no sea trabajador esencial. En si, de acuerdo a la resolución oficial, al día de hoy sólo pueden subirse al transporte público los que cuenten con la habilitación para trabajar, aunque en la práctica dista -bastante- de la normativa oficial.

"Todavía no está implementado. Si se bloquearán todas las tarjetas, qué pasaría con aquel que tiene una emergencia y se tiene que trasladar", explican desde la cartera que conduce Meoni. Lo que barajan en el edificio ministerial de 25 de Mayo 101, entonces es hacer "bloqueos temporarios" para aquellos que infrinjan, varias veces, la reglamentación.

Cabe destacar que, en la renovación de los permisos para circular, el Gobierno nacional obligó a registrar la SUBE personal. Sin embargo, aún se puede conseguir la tarjeta, sin necesidad de presentar el documento, tanto en cualquier puesto oficial, como en estaciones de subte o incluso en kioscos.

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AMBA

Por último, no fueron pocas las voces que, entre el ¿cruce? entre dirigentes de Ciudad y Provincia, plantearon que el transporte interjudiccional sea suspendido. O, al menos, restringido.

En el Ministerio de Transporte lo descartan. En gran parte, por los números: más de 140 mil personas se trasladan, por día, de Provincia a Ciudad durante la cuarentena. A la inversa, el porcentaje es mejor. Solo 32.837 porteños viajaron diariamente al Conurbano en plena cuarentena.