Tres días después de que la Cámara de Diputados blindara el veto presidencial a la Ley de Financiamiento Universitario, Javier Milei aprovechó este sábado el acto en el que se presentó oficialmente el nuevo nombre del ahora ex Centro Cultural Kirchner (CCK) para referirse al conflicto con las casas de altos estudios, al señalar que "no quieren ser auditadas para mantener sus curros y el robo de algunas agrupaciones políticas".

Acompañado por su novia, Amalia "Yuyito" González; su hermana y secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, miembros de su Gabinete y legisladores oficialistas, el mandatario negó tener la intención de cerrar las universidades públicas. 

"Acá no está en juego la cuestión de la universidad pública y gratuita. No es parte de la discusión. La parte de la discusión es que los recursos son escasos y bajo cualquier consigna siempre robar está mal. Por eso los queremos auditar. No queremos cerrar las universidades, como le mienten a la gente. Las queremos cuidar, cuidando los recursos. Y para eso hay que auditarlas. Pero, si no se dejan, es porque están sucios", destacó el Presidente durante el acto en el ahora llamado Centro Cultural Palacio Libertad Domingo Faustino Sarmiento.

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Tras insistir en que "se está poniendo mal el foco" del debate, en referencia al conflicto en torno al financiamiento de las casas de altos estudios, Milei señaló que "la verdad incómoda" de la educación argentina es que "la universidad pública nacional hoy no le sirve a nadie más que a los hijos de la clase alta y a los ricos".

"En un país donde la gran mayoría de los niños es pobre y no sabe leer, escribir ni realizar una operación matemática básica, el mito de la universidad gratuita se convierte en un subsidio de los pobres hacia los ricos, cuyos hijos son los únicos que llegan a la universidad con los recursos, la cultura y el tiempo común para poder estudiar. La universidad ha dejado de ser una herramienta de movilidad social para convertirse en un obstáculo para la misma", consideró.

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En ese sentido, afirmó que si los que defienden las universidades "verdaderamente creyeran en la movilidad social", tomarían el ejemplo de Sarmiento y abogarían por una educación inicial de calidad para todos. "Y, además, permitirían que se los auditara", volvió a arremeter.

El mandatario revindicó las figuras de Sarmiento, Julio Argentino Roca, Justo José de Urquiza, Carlos Pellegrini y Juan Bautista Alberdi, y cuestionó a quienes quisieron "prostituir cambiando los nombres, ensuciando a los grandes héroes de esta patria". 

"Quizás para algunos sea solo un simple cambio de nombre (el del centro cultural), pero para nosotros es el inicio de una nueva etapa en la que enaltecemos la figura de nuestros más grandes próceres y símbolos nacionales para dejar atrás el culto a los políticos que arrastraron al país a la decadencia y a la humillación", cerró su discurso, que duró unos 13 minutos.

El nuevo nombre del centro cultural quedó oficializado en un decreto publicado el jueves pasado en el Boletín Oficial.

El acto en la que fuera la sede del Correo Central hasta el 2003 fue uno de los últimos eventos antes de que la secretaría de Cultura, a cargo de Leonardo Cifelli, sea traspasada a la que lidera la hermana de Milei.

"Vamos a profundizar la presencia argentina en el mercado internacional, trabajando en conjunto con Cancillería, la Agencia Argentina de Inversiones y Marca País. Vamos a seguir adelante en el tratamiento, modificación o eliminación de leyes fundamentales para la libertad de las industrias culturales", expresó Cifelli durante una reciente visita a la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados.