La legislatura bonaerense es, por eso, uno de los lugares que CFK buscaba llenar de leales. En parte porque durante el mandato de Vidal funcionó como una escribanía debido a la aceitada relación de los bloques del oficialismo con el massismo, cuya oposición a nivel nacional no se vio reflejada en el recinto provincial.

En consecuencia, en medio del ajuste de bancas para todos los sectores, el saldo de los diputados nacionales de la agrupación por la provincia de Buenos Aires sería cero. La Cámpora logró colar seis propios en la lista que lidera Massa, pero también serán seis los salientes. Sin embargo, dado que la mayoría de los espacios tuvieron que resignar lugares en pos de la unidad, se trata de una victoria simbólica.