La Policía Federal Argentina (PFA) capturó en Santiago del Estero a Luis Fernando Iribarren, más conocido como el "carnicero de San Andrés de Giles", quien estaba prófugo de la Justicia desde hacía 11 días tras no volver al penal de La Plata donde -con salidas transitorias permitidas- cumplía una condena a prisión perpetua desde 1995 por haber asesinado a cinco familiares.

El criminal fue detenido este domingo mientras circulaba en la localidad de Villa Atamisqui, a 121 kilómetros de la capital santiagueña, mientras paseaba a su perro. Había viajado desde Buenos Aires en un Peugeot 504 y también había sido visto manejando en una ruta de Santa Fe. A raíz de eso, el personal de Brigadas de la PFA montó un operativo que terminó con su captura.

En las próximas horas, Iribarren será trasladado nuevamente a la cárcel de Lisandro Olmos y la Justicia le revocaría la autorización de salidas transitorias, privilegio que le permitía asistir a un curso de extensión en la Universidad Nacional de La Plata y que le habilitó el escape. 

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La historia del "carnicero de Giles" es inquietante y trágica. En 1986, en la localidad bonaerense de San Andrés de Giles, con 21 años fue "abandonado" por su familia, que se habría mudado a Paraguay, algo que al principio causó lástima y angustia en la comunidad. 

Pero nueve años después, luego de la desaparición de Alcira Iribarren, tía de Luis, los vecinos se comunicaron con las autoridades por un fuerte olor en el patio de la casa que compartían. Para sorpresa de todos, los investigadores descubrieron el cuerpo de la mujer, que había sido asesinada con un hacha. 

Al ser indagado, el sobrino confesó que también había asesinado a sus padres y a sus dos hermanos menores casi una década antes y que los había enterrado a metros de su domicilio. Además, justificó los crímenes asegurando que "quería aliviar el sufrimiento" de su tía enferma y que los había matado luego de una discusión. 

A lo largo de su relato, detalló que cerró los ojos y disparó en reiteradas ocasiones a sus parientes mientras dormían, para después enterrarlos en un chiquero del campo familiar

A pesar de haber recibido una pena de cadena perpetua, Iribarren tenía permiso para salir del penal platense y asistir a clases en la universidad sin custodia.