Murió la tercera de las cuatro mujeres que fuero prendidas fuego durante un presunto "ataque de odio" en Barracas
Se trata de Andrea Amarante, de 42 años, quien había sobrevivido al incendio en Cromañón. En la causa, está detenido Justo Fernando Barrientos, acusado de arrojar combustible en la habitación en la que vivían las víctimas.
El presunto ataque de odio en un hotel del barrio porteño de Barracas que investiga la Justicia, y que ocurrió hace casi una semana, se cobró este domingo la vida de Andrea Amarante, la tercera fallecida tras el aberrante hecho de violencia por el cual fue detenido Justo Fernando Barrientos, quien está acusado de haber arrojado combustible y prendido fuego la habitación en la que vivían las víctimas.
La mujer, de 42 años y quien había sobrevivido en 2004 al incendio del boliche República Cromañón en Balvanera, permanecía internada en grave estado en el Hospital Penna, con el 75% del cuerpo quemado.
Su muerte se sumó a las de Pamela Cobas, de 52 años, y Roxana Figueroa, de la misma edad, quienes tenían quemaduras en el 90% del cuerpo.
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El ataque tuvo lugar el pasado lunes cuando Barrientos, de 68 años, prendió fuego la habitación 14 de la pensión ubicada en Olavarría al 1600, en la que Cobas y Figueroa, que eran pareja, vivían junto a Amarante y a Sofía Castro Riglos, la única sobreviviente a casi una semana del hecho.
Esta última, de 49 años, ya declaró en la causa y, aunque tiene lesiones más leves, continúa internada en el Hospital del Quemado por recomendación médica.
Por su parte, el detenido aún no fue indagado y el juez Edmundo Rabbione, que subroga el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N°14, deberá determinar si es o no inimputable.
En este marco, tendrá que definir si le aplicará el agravante del artículo 80 del Código Penal, cuyo inciso cuarto establece la reclusión o prisión perpetua para quien mate "por placer, codicia, odio racial, religioso, de género o a la orientación sexual, identidad de género o su expresión".
Los vecinos recordaron que Barrientos vivía en la pensión hacía varios años y, según testigos, odiaba a Cobas y Figueroa por ser lesbianas. "Él les decía 'engendros' por su condición sexual. Les decía 'tortas', 'gorda sucia'", reveló uno de ellos.
En tanto, otros habitantes negaron que hubiera habido algún conflicto previo entre el acusado y las víctimas, y uno de ellos señaló: "No entiendo qué pasó. No lo justifico".