Multitudinaria marcha en Palermo para pedir justicia por el ingeniero asesinado
Familiares y amigos de Mariano Barbieri lo recordaron con una manifestación en el Parque Tres de Febrero, portando carteles que decían "No me quiero morir", las palabras que pronunció la víctima antes de desplomarse en una heladería.
Cientos de personas marcharon este viernes para pedir justicia por Mariano Barbieri, el ingeniero civil asesinado hace nueve días en el barrio porteño de Palermo. Con velas y carteles que decían “No me quiero morir”, las palabras pronunciadas por la víctima antes de desplomarse en una heladería, familiares y allegados del fallecido se autoconvocaron en el Parque Tres de Febrero para hacer un silencioso homenaje.
Fernando Barbieri, hermano de la víctima, señaló en declaraciones a la prensa que la marcha fue organizada “sin ninguna intención política”. “Estamos acá solamente para pedir justicia por Mariano. Ojalá la sociedad cambie para bien, para que esto no vuelva a suceder”, destacó.
Por el crimen del ingeniero, de 42 años, fue detenido un hombre en situación de calle, quien, según Fernando, “sería el culpable” del hecho, tal como afirmaron hace unos días la Policía de la Ciudad de Buenos Aires y el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta.
“Eso nos da cierta tranquilidad, pero no devuelve la vida de Mariano", subrayó el hermano del ingeniero, al aludir a la detención de Isaías Suárez, de 29 años, quien fue reconocido por uno de los testigos del hecho y arrestado unos días después en el Barrio 31, en Retiro.
Suárez permanece a disposición de la titular del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional 8, Yamile Bernan, quien liberó al otro arrestado, un hombre de nacionalidad venezolana, de 25 años.
Los investigadores, en tanto, lograron reconstruir el recorrido del supuesto homicida, quien, después de apuñalar a Barbieri a la altura del corazón para robarle el celular, se fue caminando hasta la zona de Retiro.
Al momento del arresto los efectivos policiales pudieron observar marcas en su rostro y en su cuello, que le habría producido el ingeniero al intentar defenderse durante el ataque. Además, se encontraron algunas prendas manchadas de sangre entre sus pertenencias.