"Por creer en la Justicia me animé a denunciar". Con esta frase, la joven mendocina que inició una causa por abuso sexual contra dos jugadores de rugby franceses dio comienzo a una carta que envió este martes a la Justicia, en lugar de presentarse a una audiencia en la que iban a definirse los informes psicológicos y psiquiátricos, que debió ser reprogramada. Esta situación dio pie a la defensa para pedir el sobreseimiento de Hugo Auradou y Oscar Jégou.

"Por creer en la Justicia me animé a denunciar, pero hoy sufro un apriete psicológico que jamás imaginé, me sacaron las ganas de vivir. Si hoy yo paso a otro plano espiritual, deseo que (Alfredo) Cornejo, (Alejandro) Gullé, (Daniela) Chaler, (Darío) Nora y (Rafael) Cúneo Libarona puedan dormir tranquilos, mirando a la cara a sus esposas, hijas y nietas", escribió la víctima.

La mujer hacía referencia al gobernador mendocino, al procurador, a los fiscales del caso y al abogado que defiende a los rugbiers.

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"Me arruinaron la vida, manejando a la prensa despiadadamente con una condena social en mi contra. ¡Gracias, ministerio Público Fiscal! ¡Gracias, me mataron en vida!", finalizó la misiva de la joven.

"Me quitaron las ganas de vivir", escribió a puño y letra la víctima de abuso. Foto: @PortalDiarioAR
"Me quitaron las ganas de vivir", escribió a puño y letra la víctima de abuso. Foto: @PortalDiarioAR

Por su parte, su abogada, Natacha Romano, confirmó que la denunciante intentó quitarse la vida hace unos días, y que este martes se habría presentado en un centro médico para ser evaluada.

El 12 de agosto pasado, la Justicia ordenó la liberación de los deportistas involucrados en el caso, luego de que la fiscalía alegara falta de elementos de convicción suficientes para requerir la prisión preventiva de los jugadores. Sin embargo, los franceses no pueden salir del país.

La medida fue dictada después de que se presentaran los audios que la víctima le envió a una amiga en los que relataba los hechos y que, para la Justicia, mostraban "contradicciones en el relato".

Jégou y Auradou permanecieron privados de su libertad por más de un mes, con prisión domiciliaria y hasta tobillera electrónica en una casa de Mendoza.

Los hechos denunciados habrían ocurrido durante la madrugada del pasado 7 de julio, luego del partido que disputó la Selección francesa de rugby ante Argentina en la ciudad de Mendoza.

La denunciante y Auradou se conocieron en un bar y luego se retiraron juntos al Diplomatic Hotel. Allí, el deportista compartía habitación con Jégou.

En su primera declaración, la mujer detalló que ambos la habrían golpeado, mordido, ahorcado y abusado unas seis veces.