Pelear la Ciudad
Los vecinos de Boedo 830 lo conocen bien, de cuando no salía su foto en los grandes diarios. Es que allá por el 2006, cuando en la región sonaban las campanas de la Patria Grande, Jonathan Thea fundaba el Frente Cultural Raymundo Gleyzer.
Era subiendo las escaleras estrechas del Centro Cultural El Surco donde se lo podía encontrar, mate mediante, pensando estrategias para alcanzar el territorio a través de la cultura. De programas de radio para FM Boedo a ollas populares o talleres de formación.
Entonces no era nueva su militancia en la izquierda popular. La crisis del 2001 lo había sacado a la calle como a tantos otros jóvenes que reconocían la falta de entramados sociales de contención, algo que venía advirtiendo desde sus años como parte de la Organización Independiente Estudiantil, cuando rechazaba la Ley Federal de Educación, en la Escuela Normal Superior Nº 8 en el barrio de San Cristóbal.
Thea es de esa generación que se sintió conminada a hacer algo luego de ver el país arder en manos de una clase política inoperante y anticuada. Para 2013, Jonathan estimó que todos esos años de construcción política territorial, social y estudiantil podían transformarse en un activo de mayor potencia si El Gleyzer y la Corriente de Militancia Popular Santiago el Negro Avilés encontraban un espacio común.
Su historia de militancia
En 2014, Seamos Libres se consagró como una nueva organización con tradición de izquierda, nacional y popular, rasgos que aún despiertan escozor, cuando no repudio, en los sectores más ligados al trotskismo.
El vínculo de la agrupación de la que Thea fue secretario general, con la Confederación de los Trabajadores de la Economía Popular, y el Movimiento Evita fue cercana desde el comienzo, con proyectos productivos con una impronta de “nueva política” más ajustada a las demandas de la juventud y a un mercado laboral mutante y distinto que al de hace setenta años, ese que todavía se añora.
Las discusiones sobre feminismo, sustentabilidad y problemáticas urbanas fueron el combustible que confluyó en la reciente integración de Seamos Libres al movimiento liderado por Emilio Pérsico.
Desde allí, y con Jonathan como nuevo Secretario General del Movimiento Evita en la Ciudad de Buenos Aires, el proyecto apunta a la construcción de un espacio que tenga verdadera vocación de ganar la Ciudad. “Algo que falta, algo que nunca se ha construido desde la oposición”, como dicen desde adentro. Pero la disputa no es solo con el know how del larretismo sino también con La Cámpora.
Sea donde sea, a favor de la Ciudad
Matancero, futbolero apasionado e hincha de Boca Juniors, Jonathan Damián hoy también trabaja como Director General de Coordinación Institucional en Jefatura de Gabinete de Ministros.
Observa el funcionamiento de la gran máquina de la Nación aunque “su pelea está desde siempre en la Ciudad”. Eso dicen los que lo conocen, los que lo vieron ir de precandidato a legislador porteño en el 2017, en la lista de Ahora Buenos Aires dentro del frente Unidad Porteña —cuya boleta incluía los retratos de Itai Hagman (de Patria Grande) y de la actual ministra Elizabeth Gómez Alcorta.
Cada ensayo cuenta cuando lo que se quiere es impulsar una transformación de fondo para ganar la dura batalla porteña. Jonathan Thea aspira a lo que los demás le escapan: bailar con la menos hegemónica.