Manu Ginóbili no pasará a la historia por un doble, un triple, una asistencia o un robo. Manu Ginóbili es el mejor jugador argentino en la historia del básquet más allá de cualquier jugada puntual.

Sin embargo, una jugada quedará marcada en la memoria de todos los argentinos, los fanáticos del básquet y los admiradores del bahiense: la palomita de Manu en Atenas.

En el primer partido del Grupo A en los Juegos Olímpios de Atenas 2004, la Selección Argentina perdía 82-81 ante Serbia y Montenegro a falta de 3.8 segundos. Pero apareció Ginóbili para hacer el milagro.

En un veloz avance de izquierda a derecha y tras una asistencia de Alejandro Montecchia, Manu saltó y anotó un agónico doble para vencer por 83-82 al campeón del mundo.

Finalmente, tras salir tercero en la fase de grupos y eliminar a Grecia y Estados Unidos, en cuartos de final y semifinal, respectivamente, la Selección Argentina ganó la medalla dorada al superar por 84 a 69 a Italia en la final.