El que podía ser un robo más, terminó con una insólita resolución gracias a la reacción inesperada de la víctima en un negocio de ropa deportiva en Cali, Colombia. Cuando dos ladrones ingresaron al local para llevarse mercadería y dinero, el vendedor, quien se encontraba rodeado, logró escapar y dejarlos encerrados a los delincuentes hasta que llegó la policía

Lo curioso es el modo en que capturó a sus verdugos, que además quedaron registrados por las cámaras de seguridad del comercio. Tal como se puede apreciar en la secuencia grabada, mientras uno de los sujetos agarraba distintos productos deportivos, el otro apuntaba con un arma al vendedor. 

Pero en un momento de distracción, el joven salió corriendo y, en cuestión de segundos, bajó la persiana del local. Así, los delincuentes quedaron atrapados en su propia trampa, pese a los intentos fallidos y desesperados por escapar del lugar.  

Los poco más de 3 minutos en los que cambiaron los tantos y la víctima se apoderó de la situación frente a sus captores.

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Durante poco más de 3 minutos, la secuencia muestra cómo después de ser sorprendidos por la repentina acción de huida de la víctima del robo, los dos jóvenes atacantes se desesperaron al darse cuenta de que no tenían escapatoria.

En un momento, luego de probar diversas formas de subir la reja e incluso treparse para intentar enrollarla y hacerse espacio para salir, uno de los dos ladrones saca su arma y amaga con accionarla, pero nunca lo hace, mientras se reprochan entre ambos y se cuestionan "¿Y ahora qué hacemos?".

Cerca del final de la filmación, al minuto 2:45, después de ver cómo los malhechores se toman la cabeza y lamentan "por allá no hay salida" señalando la parte trasera del local", se escucha a alguien que desde el exterior que grita "llegó la policía", lo que genera más ansiedad en los ladrones. 

Segundos más tarde, finalmente la persiana se abre por afuera, desde donde aparece un efectivo policial con casco, junto con el vendedor de rápidos reflejos. El portador del arma decide tirarla al piso y, aceptando el fracaso, se somete a la detención, mientras el otro sujeto rápidamente levanta las manos y se dispone a obedecer las órdenes del agente.