En la madrugada de este domingo, una coalición islamista rebelde tomó Damasco, la capital de Siria, y provocó la caída de Bashar Al-Assad, quien se mantuvo durante 24 años en el poder. Tras un brusco descenso de altura, el avión en el que había huido el mandatario desapareció del radar.

En medio de una guerra civil y turbulencia política que lleva añor, el grupo insurgente Hayat Tahrir al Shams (HTS) y sus aliados lanzaron ataques coordinados desde su bastión en la provincia de Idlib, lo que les permitió avanzar hacia el sur.

En la noche del pasado sábado, los rebeldes liderados por Abu Mohammed Al-Jawlani tomaron Homs, una ciudad clave en el centro de Siria y accedieron así a Damasco en pocas horas. Ante este escenario, el dictador acusado de múltiples violaciones a los derechos humanos partió en un vuelo desde el aeropuerto internacional de la capital, a bordo de una aeronave militar, que horas después desapareció del radar tras un un brusco descenso de más de 2,5 kilómetros sobre la ciudad de Homs. Por el momento, continúa desaparecido.

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"Assad se ha ido. Ha huido de su país. Su protector, Rusia, Rusia, Rusia, dirigida por Vladimir Putin, ya no estaba interesada en protegerlo más", escribió el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, quien considera que el cambio de prioridades de Moscú se debe al desgaste causado por la invasión a Ucrania.

Los rebeldes sirios procedieron con la toma de la segunda ciudad más poblada de ese país de Medio Oriente, mediante una ofensiva que exhibió la fragilidad de un régimen que, durante años, dependió en gran medida del apoyo militar de Rusia e Irán para mantener su control.

"Mis hermanos revolucionarios, recen a Dios para agradecerle por la victoria que nos ha dado a través de sus brazos", expresaron a través de su canal de Telegram, en donde notificaron sobre las acciones de HTS desde el pasado 27 de noviembre, cuando inició la rebelión contra el régimen que duró más de 50 años.

La caída de Damasco marca el fin de una era que comenzó en 1970, cuando Hafez Al-Assad, padre de Bashar, tomó el poder mediante un golpe de Estado. Bajo su liderazgo, Siria se convirtió en un actor clave en la política de la convulsionada región, aunque a menudo a costa de la represión interna.

En el 2000, Bashar sucedió a su papá en el poder. En la primavera árabe de 2011 hubo protestas masivas que fueron reprimidas, lo que dio lugar al inicio de una guerra civil.

Recién a fines de noviembre de este año, la oposición logró tomar distintas ciudades hasta llegar a Damasco, lo que derivó en una inminente huida de Al-Assad, quien aún continúa desaparecido.