Este domingo, Ucrania sufrió un ataque ruso "masivo", con cerca de 120 misiles y 90 drones. Según los primeros reportes, al menos ocho personas fallecieron y 20 resultaron heridas en todo el país. 

El presidente ucraniano, Volodomir Zelenski, aseguró que  la ofensiva "golpeó todas las regiones" y que las fuerzas rusas "utilizaron drones de distintos tipos, en particular Shahed, pero también misiles de crucero, balísticos e hiperresónicos Zirkon, Iskander y Kinzhal". "El objetivo del enemigo era nuestra infraestructura energética en todo el país. Desgraciadamente, hay daños", añadió el mandatario en su canal de Telegram. 

Hasta el momento, Rusia destruyó la mitad de la capacidad energética de Ucrania con sus reiterados ataques con drones y misiles, a casi tres años de la primera ofensiva en Kiev. Además, el operador energético DTEK reportó "graves daños" en algunas de sus centrales térmicas. 

Siguiendo la misma línea, el jefe de la diplomacia ucraniana, Andrii Sibiga, calificó los bombardeos como "uno de los mayores ataques" lanzados por Moscú.

TE PODRÍA INTERESAR:

En contraposición, el ministerio de Defensa de Rusia declaró que habían alcanzado "todo sus objetivos en un ataque masivo contra infraestructuras energéticas esenciales de apoyo al complejo militar-industrial ucraniano". Frente a esto, Ucrania logró destruir 140 de los aparatos usados para dañar las instalaciones. 

La guerra parece estar lejos de llegar a su fin. Por un lado, Zelenski afirmó que quería ponerle fin antes de 2025 por "medios diplomáticos". Por el otro, la postura de ambos países continúa siendo opuesta: Kiev se niega a ceder los territorios ocupados por el ejército ruso, mientras que Moscú lo pone como una condición fundamental. 

Como tercero en discordia aparece Polonia, que anunció el domingo un despliegue de aviones de combate y "todas las fuerzas y recursos disponibles" para proteger su territorio durante el ataque nocturno en Ucrania.