El Papa Francisco necesita recobrar la confianza en la Iglesia Católica. Tras las turbulencias de los últimos meses, en las que se conocieron las graves denuncias de más de 1000 casos de abusos de menores en Estados Unidos con la complicidad silenciosa de la Curia y el Estado, el Sumo Pontífice fue cuestionado mundialmente y hasta incitado a renunciar, por la parte más conservadora del Vaticano.

Ante la problemática histórica, Francisco decidió convocar a los líderes de las conferencias episcopales a una reunión en la Santa Sede para discutir sobre los abusos sexuales. El trascendental evento sucederá en febrero, mientras que este viernes podría juntarse con las autoridades religiosas estadounidenses donde sucedió el último foco de conflicto.

Presionado y en medio de la interna, reúne el Papa a los líderes de la Iglesia por los escándalos de abusos

Además de los delitos atroces, se le acusa puntualmente al Sumo Pontífice del sistema de encubrimiento que tiene armada la Curia para proteger a sus sacerdotes pedófilos. La baja en la popularidad mundial marcó un punto histórico en la última visita de Bergoglio a Irlanda, un país tradicionalmente religioso que perdió miles de fieles en los últimos 20 años.

El sector más moderno de las congregaciones esperan que el Papa sea el responsable de una evolución del estilo del Concilio Vaticano II para lograr aggiornar el clero al siglo XXI. Y Francisco parecería estar de acuerdo.

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Sin embargo, continúa teniendo del otro lado del campo de batalla a un grupo poderoso de conservadores que desean verlo retirado de Santa Marta y que un nuevo elegido ocupe su banca.