El pasado fin de semana, Chile eligió alcaldes, concejales, gobernadores e integrantes de la Asamblea Constitucional. Estos últimos acapararon toda la atención pública, ya que serán los 155 responsables de modificar la Constitución de ese país, que arrastra ideas y postulados de la dictadura de Augusto Pinochet. Los resultados difundidos hasta el momento marcan que los distintos espacios independientes, para sorpresa de todos, sumaron un total de 73 asientos para la asamblea.

¿Los grandes derrotados? Los partidos políticos tradicionales como “Vamos por Chile”, que representa entre otros al Gobierno de turno, y “Apruebo Dignidad”, de la izquierda. El primero se quedó con 37 escaños, mientras que el segundo logró 28. De ese modo, no alcanzan el tercio necesario para aprobar sus respectivas iniciativas. 

Finalmente, un cupo de 17 integrantes quedó asegurado para candidatos de pueblos indígenas. En este sentido, uno de los grandes cambios contemplados para la nueva Constitución tiene que ver con reconocer expresamente a estas poblaciones.

La Convención tendrá paridad de género, y el objetivo final es diagramar la carta magna durante lo que resta de 2021, para votarla en el primer semestre de 2022. 

“La ciudadanía nos ha enviado un claro y fuerte mensaje, tanto al Gobierno como a todas las fuerzas políticas tradicionales: no estamos sintonizando adecuadamente con sus demandas y anhelos”, expresó el actual presidente, Sebastián Piñera, consciente de la derrota de su espacio y de la idiosincrasia tradicional de la política chilena.

Los comicios se realizaron entre el sábado 15 y el domingo 16 de mayo. La idea de repartirlos en dos días fue evitar grandes aglomeraciones de personas en medio de la pandemia de coronavirus. Según informó el Servicio Electoral de Chile (SERVEL), acudieron a votar 6.108.676 chilenos: sólo el 41% del electorado. 

Con 155 personas y una agenda diversa en la que predominarán las demandas de los independientes, la Convención Constitucional se apresta a cambiar la historia del país, a poco más de un año del estallido social que le dio origen.