El papa Francisco fue internado este miércoles en el hospital Isola Tiberina Gemelli de Roma, para someterse a un chequeo producto de una gripe por la cual tuvo que cancelar en los últimos días varias de sus actividades. Una vez finalizada su audiencia, concurrió al centro médico y regresó poco después al Vaticano, según informó su oficina de prensa. 

El Sumo Pontífice, de 87 años, se salteó la lectura de su audiencia, delegándosela a un asistente y aclarándole a los fieles que no se sentía bien. Además, el sábado y el lunes últimos había cancelado toda su agenda. 

El domingo pasado, Francisco se dirigió a la multitud en la Plaza de San Pedro, como de costumbre, para pronunciar su mensaje del Ángelus y comentó sobre su estado de salud: "Queridos hermanos y hermanas, todavía estoy un poco resfriado". Por ello, anunció que otra persona leería por él su catequesis sobre la envidia y la vanagloria, dos de los siete pecados capitales.

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El lunes, en tanto, la Santa Sede notificó que persistían "los leves síntomas gripales, aunque sin fiebre", pero que "por precaución" se habían suspendido las audiencias previstas.

En diciembre del 2023, el Papa tuvo que cancelar un viaje a una reunión climática en Dubai debido a los efectos de un cuadro de influenza e inflamación pulmonar. 

En enero último, no pudo terminar un discurso por "un toque de bronquitis", aunque semanas más tarde aseguró que ya se encontraba mejor a pesar de "algunos dolores y molestias". 

Cabe recordar que a lo largo de su infancia, en su Argentina natal, a Francisco le quitaron parte de un pulmón, lo que le genera algunas dificultades respiratorias. 

Además, ha desarrollado en los últimos años problemas para caminar, por lo que utiliza una silla de ruedas o un bastón.