En una de sus más intensas ofensivas de los últimos días sobre Beirut, Israel anunció este viernes que mató al alto oficial de Hezbollah Ibrahim Akil, jefe de operaciones militares del grupo terrorista y comandante interino de la fuerza de élite Radwan.

La noticia fue difundida en un comunicado por las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), que detalló que llevó a cabo un "ataque selectivo" contra la capital del Líbano en el que murieron al menos cinco personas, según la Agencia Nacional de Noticias de ese país, aunque otros medios internacionales señalan que la cifra de fallecidos es mayor.

Hezbollah no confirmó el ataque, pero reaccionó al ataque aéreo con el lanzamiento de más de 100 cohetes contra más de 30 asentamientos en Galilea Occidental y una base de inteligencia clave en el norte de Israel, lo que fue confirmado por las FDI, que solo habló de incendios pero no de víctimas.

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El canal local de televisión MTV informó que otras 10 personas resultaron heridas tras el ataque del Ejército del Estado judío sobre varios inmuebles de la capital libanesa.

Las imágenes de la televisión muestran a los equipos de rescate retirando escombros para encontrar más víctimas, señaló el ministerio de Salud libanés.    

La tensión a lo largo de la frontera entre Israel y el Líbano escaló considerablemente luego de las explosiones en Beirut de dispositivos de comunicación en manos de integrantes de Hezbollah, que esta semana que causaron 37 muertos y 2.931 heridos.    

El Gobierno libanés condenó las explosiones, ocurridas el martes y miércoles pasados, y las calificó como una violación a la soberanía, al tiempo que solicitó una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU.    

El grupo terrorista culpó a Israel por la estratégica ofensiva, que habría planificado durante años y para la que habría utilizado empresas fantasma que vendieron los localizadores y "walkies talkies" a Hezbollah, además de prometer represalias.