Al menos 12 personas murieron y unas 4.000 resultaron heridas -muchas de ellas de gravedad- este martes, a raíz de la explosión en cadena en varios puntos del Líbano y Siria de localizadores electrónicos que poseían integrantes del grupo extremista Hezbollah.

Según señalaron un alto funcionario de inteligencia militar y otro de la asociación terrorista citados por la agencia de noticias Reuters, los dispositivos de comunicación inalámbrica, conocidos como "beeper", fueron detonados. El segundo de ellos indicó que se creía que el estallido habría sido producto de un hackeo israelí.

En El Líbano, se registraron cientos de explosiones de localizadores portátiles.

Con el objetivo de brindar atención médica a los heridos, el primer ministro libanés, Najib Mikati, pidió que se movilizaran todos los departamentos del ministerio de Salud Pública. 

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En este marco, el Centro de Operaciones de Emergencia de la cartera sanitaria emitió un comunicado en el que solicitó a todos los hospitales del país estar en máxima alerta y reforzar los preparativos para satisfacer la necesidad masiva de servicios urgencia.

A su vez, se instó a todos los ciudadanos a que se deshagan de inmediato de sus localizadores electrónicos, que se utilizan para recibir mensajes cortos de texto o señales de alerta.

Según Hezbollah, entre los fallecidos se encuentra un miembro del grupo, hijo del parlamentario libanés Ali Ammar, y una niña de nueve años llamada Fatima Jaafar Abdullah, quien perdió la vida cuando un equipo explotó en la casa de sus padres en el pueblo de Saraain.

En tanto, varios integrantes de la agrupación terrorista fueron trasladados a hospitales de la capital siria, Damasco, y sus alrededores. También resultó levemente herido el embajador de Irán en el Líbano, Mojtabá Amaní, aunque se encontraba consciente, según la cadena Al Jazeera.

Tras darse a conocer las explosiones, el excontratista de inteligencia estadounidense Edward Snowden responsabilizó a Israel y advirtió: "Hicieron estallar a un sinnúmero de personas que conducían (es decir, coches fuera de control), estaban de compras (sus hijos estaban en el cochecito detrás de él en la cola de la caja), etcétera. No se puede distinguir del terrorismo".

Además, consideró que "parece cada vez más probable que se trate de explosivos implantados, no de un ataque informático", dado que son "demasiadas lesiones graves y constantes" y que "si se tratara de baterías sobrecalentadas, cabría esperar muchos más incendios y fallos de encendido menores".