La Policía rusa detuvo este sábado a más de 100 personas en concentraciones en homenaje al líder opositor Alexey Navalny, quien murió el viernes en una prisión del Ártico donde cumplía una sentencia de 19 años por "extremismo" y "fraude".

Tras conocerse la noticia del sospechoso fallecimiento de Navalny, grupos de personas depositaron flores en memoriales improvisados por toda Rusia en recuerdo al disidente político y la ONG OVD-Info indicó en su página web que, según su primer balance publicado este sábado, "más de 101 personas fueron detenidas en diez ciudades", la mayoría en San Petersburgo y Moscú.

Ante los llamados a manifestarse que circularon en internet, la fiscalía de Moscú recordó a su población que "organizar o celebrar concentraciones no autorizadas es una infracción administrativa". Las protestas son ilegales en Rusia, donde rigen duras leyes para castigar a la disidencia, que incluyen penas de cárcel por criticar al poder.

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Navalny murió en la cárcel del Ártico donde cumplía una sentencia de 19 años, según informó el servicio penitenciario del país y el Kremlin, sin precisar la causa del fallecimiento, ocurrido a un mes de unas elecciones en las que se prevé que el presidente Vladimir Putin consolidará aún más su poder.

El político opositor, abogado y bloguero se consolidó a lo largo de 12 años como el detractor número uno de Putin y de su "partido de ladrones y estafadores", como solía describirlo.

Se dio a conocer ayudando a organizar grandes manifestaciones, en 2011 y 2012, que finalmente fueron reprimidas, y en 2013 quedó segundo en las elecciones municipales de Moscú, un logro que impulsó su visibilidad.

Acosado por las autoridades e ignorado por los medios de comunicación oficiales, construyó una notoriedad en Internet y en las redes, gracias a la difusión de investigaciones en videos virales que denunciaban la corrupción del poder ruso.

En enero de 2021 fue detenido y condenado al regresar a su país tras recuperarse en Alemania, donde fue hospitalizado tras ser víctima de un envenenamiento en Rusia, que atribuyó a Putin, algo que el Kremlin negó.

Las principales potencias occidentales, desde Estados Unidos, pasando por Alemania, España, Francia y el Reino Unido lamentaron la muerte de Navalny y el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, afirmó que Moscú deberá responder a "serias preguntas" por su fallecimiento.