Luego del informe del FMI, que alertó sobre la "insostenibilidad" de la deuda, el ministro de Economía Martín Guzmán se prepara para viajar, este jueves, a Arabia Saudita. Allí asistirá a la reunión económica del G20, organizada por el príncipe saudí Salman bin Abdulaziz Al Saud.

La novedad en las últimas horas es que tras su estadía en Medio Oriente, el economista hará una parada en Washington, donde ya tiene pautada una visita a las oficinas del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Si bien desde Economía no quieren anticipar nada de esa visita (la segunda de Guzmán), no son pocos lo que aseguran que allí se selle la reestructuración del préstamo de 54.000 millones de dólares. La pregunta que queda es sobre las características del nuevo acuerdo.

Allí, las hipótesis se multiplican. La versión que suena más fuerte es la postergación de los plazos del pago de capital. Esa posibilidad se baraja desde el primer momento de la gestión de Guzmán: conseguir que en los primeros cuatro años de gestión del Frente de Todos no se abone ni un solo dólar al Fondo.

Steven Mnuchin, CFK y Donald Trump

En este contexto, tampoco hay que obviar los dichos de Cristina Kirchner, quien había "exigido" desde Cuba una quita de la deuda. La respuesta no tardó en llegar: Kristalina Georgieva aseguró que no podrían aceptar ese reclamo. El último informe del FMI podría ser un punto medio entre ambos.

En su periplo por Arabia Saudita, Guzmán tendrá la misma premisa que Alberto en su gira internacional en Europa: conseguir apoyos para reestructurar la deuda pública, no sólo con el Fondo sino también con los acreedores privados.

La reunión con Steven Mnuchin, secretario del Tesoro de Estados Unidos, adquiere mayor relevancia.

Además de Mnuchin asistirá al evento Geoffrey Okamoto -posible sucesor de David Lipton como N°2 en el Fondo-. En la actualidad, Okamoto es subsecretario interino de finanzas internacionales de Estados Unidos y desarrollo en el Departamento del Tesoro.

Ante las hipótesis sobre la reestructuración de la deuda, hay pocas certezas. Una de esas es que ningún acuerdo se realizará sin el visto bueno de Donald Trump. Guzmán lo sabe de memoria.