En plena ebullición de la campaña electoral y después de aceptar el pedido del candadito presidencial de La Libertad Avanza, Javier Milei, para que se trate después de los comicios del 22 de octubre, el Ministerio de Economía giró este viernes a la Cámara de Diputados el proyecto de Presupuesto para 2024, que pronostica un crecimiento del 2,7% del Producto Bruto Interno (PBI) y una inflación del 70% anual, además de prever superávit fiscal si se cumplen ciertas condiciones. La iniciativa contempla, además, un dólar oficial que alcanzaría los $600 a finales de año, un 63,48% más de lo proyectado al cierre de 2023, lo que convalidaría un ligero atraso cambiario.

Respecto a la meta de déficit fiscal, respetaría el 0,9% del PBI acordado con el Fondo Monetario Internacional, aunque también se giró una “separata” que plantea que, si el Congreso decide borrar algunos de los ítems del gasto tributario, el sector público podría alcanzar en 2024 un superávit del 1% del Producto.

Con relación a este año fiscal, en la iniciativa se cristaliza una caída proyectada del 2,5% del PBI, una tasa de inflación del 135% y un dólar oficial a $367. 

No obstante, fuentes del Palacio de Hacienda citadas por la agencia NA señalaron que los números se hicieron “con cautela y conscientes de que están muy expuestos a la definición electoral y a los planes que pudiera haber en un futuro gobierno”. 

Desde el punto de vista fiscal con miras a 2024, la mejora vendría asociada principalmente a la expectativa de mayores ingresos por derechos de exportación, por el impuesto PAIS (que grava la compra de divisas extranjeras) y por la caída de subsidios energéticos, tras dejar un 2023 atravesado por la sequía, que, de acuerdo a cálculos del Ministerio de Economía, impactó este año en un 0,8% del PBI.

Específicamente en materia de recursos, los ingresos crecerían en promedio un 111% (0,7% del PBI). Además del aumento por los derechos de exportación, se proyecta una suba real de los impuestos asociados al mercado del trabajo en un 4%, versus 2023.

Otra de las expectativas para 2024 es el fortalecimiento de la recaudación impositiva en general por un efecto positivo en el blanqueo de capitales, que no está asociado al proyecto de ley que todavía está trabado en el Congreso, sino al avance en los convenios de intercambio de información en los que ha estado trabajando el organismo tributario y en su mayor precisión para fiscalizar.

En cuanto al gasto, se proyecta un crecimiento del 93% promedio. La premisa es que los salarios públicos y la asistencia social se incrementarán levemente por encima de la inflación. Habrá otras partidas que, consecuentemente, quedarán por debajo de ese indicador, tales como algunos gastos corrientes, subsidios y transferencias a provincias.

Desde Economía subrayan que hay una consolidación del gasto primario en 2024 de un punto porcentual respecto a 2023 y que la tendencia es a favor del equilibrio fiscal, tal como se manifiesta desde los espacios políticos con mayores posibilidades de gobernar el país a partir del próximo 10 de diciembre.

Respecto a la balanza comercial para 2024, se espera una mejora sustancial por un fuerte crecimiento de las exportaciones, que aportarán al Fisco, según cálculos preliminares, cerca de USD 25 mil millones más que este año, que servirán además para agilizar las importaciones y darle mayor dinamismo a la economía.

Este jueves, el Gobierno se había comprometido a girar hoy, “en tiempo y forma”, el proyecto a la Cámara de Diputados. No obstante, fuentes del Palacio de Hacienda dijeron que se aceptó el pedido de Milei, ganador de las PASO, para que el debate parlamentario se lleve a cabo después de las elecciones del 22 de octubre.

"Es razonable el pedido de Milei, porque plantea que el próximo presidente debe tener la posibilidad de rediseñar su propio Presupuesto con el que gobernará. Por eso, se presentará este viernes, como marca la ley, y luego se esperará para tratarlo a que se conozca cuál será el próximo jefe de Estado que elija la gente en las urnas", indicaron las fuentes a Télam.