El dólar blue bajó este martes $45 respecto del lunes y cotizó a $890 para la venta. De esta forma, continuó el descenso que comenzó el miércoles de la semana anterior y se ubicó debajo de los $900 por primera vez desde comienzos de octubre.

En cuanto a los tipos de cambio financieros, el contado con liquidación (CCL) se vendió a $859,72 y el dólar MEP o Bolsa, a $847,59.

En tanto, el dólar oficial, controlado por el Banco Central de la República Argentina (BCRA), operó a $365,50, tal como fue estipulado desde el 14 de agosto. En consecuencia, tanto el solidario, el tarjeta como el turista se mantuvieron a $731. Por último, el mayorista se vendió a $350,10.

TE PODRÍA INTERESAR: Con la mira del mercado en las reservas, el Gobierno le pagará intereses al FMI por USD 840 millones

La cotización paralela comenzó a ceder en la misma jornada en que el ministro de Economía, Sergio Massa, reafirmó que la idea es “sostener el dólar oficial en $350 hasta el 15 de noviembre, y luego comenzar a aplicar microdevaluaciones diarias, conocidas como ‘crawling peg’”. El objetivo de esto es evitar que la cotización de la divisa norteamericana se retrase respecto de la inflación, sin generar demasiados cimbronazos. 

El “dólar exportador” -fijado en distintos momentos por el Gobierno- permitió descomprimir los demás tipos de cambio, mientras que las restricciones a las importaciones ayudaron al Banco Central a lograr diez ruedas seguidas con saldo positivo en el mercado de cambios.

Durante una entrevista brindada el lunes, el candidato presidencial aclaró que la Argentina deberá retomar las negociaciones con el Fondo y avanzar en la última revisión del año. De esa auditoría depende el próximo desembolso de USD 3.300 millones previsto para antes de fin de año.

Tras devaluar para destrabar un desembolso de USD 7.500 millones, el Gobierno incrementó el gasto, redujo impuestos y congeló el tipo de cambio oficial, así como las tarifas.

Esto implicó un mayor desvío de las metas (déficit fiscal, reservas y emisión monetaria) y llevó al FMI a reclamar medidas más “restrictivas”, concluyó.