Cuándo será el fin del cepo: los 5 puntos claves detrás de la decisión oficial que más esperan los mercados
Tras el optimismo libertario por el visto bueno del Senado a la Ley Bases y el paquete fiscal, Economía y el Banco Central analizan las opciones. Cuánto margen hay para acelerar el fin del tipo de cambio administrado.
Después de una semana en la que el Gobierno recuperó el optimismo gracias a la aprobación de la Ley Bases y el paquete fiscal en el Senado y a una inflación que se ubicó en su menor nivel en 27 meses, el Ministerio de Economía y el Banco Central empezaron a definir la estrategia para la siguiente etapa, en la que una de las metas principales será levantar el cepo cambiario.
Esta última fue una de las promesas centrales de la campaña de Javier Milei, quien tras llegar a la Casa Rosada se encargó de poner en marcha varias de las reformas prometidas a través de un megadecreto de necesidad y urgencia (DNU) y del envío de sus paquetes normativos al Congreso, pero que pospuso la liberación total del tipo de cambio tras una drástica devaluación inicial del peso.
Así, el destrabe de la Ley Bases, la desaceleración de la inflación, las negociaciones con el FMI, el nivel de actividad y la resolución de los pasivos del Central son algunos de los puntos centrales en la mira del equipo económico.
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El mandatario reiteró en la última semana que la salida del cepo está más cerca porque quedan pocos "pasivos remunerados" y restaría resolver los "puts" de los bonos emitidos en la última etapa del Gobierno anterior, que en la práctica resulta un "seguro" que permite a sus titulares vender por adelantado un bono con vencimiento a futuro que a la vez es una "espada de Damocles" sobre el Banco Central de la República Argentina (BCRA), ya que al no tener los pesos para responder, debería echar mano a la emisión monetaria, con el consecuente impacto en el dólar y en los precios.
En un contexto en que la aprobación de las leyes fundacionales -pese a los cambios sufridos- y la fuerte caída de la inflación aún a costa de una recesión, resultan pivotes claves; el giro de 800 millones de dólares que estaban pendientes desde el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la renovación del swap con China coronaron una semana que le dio al Palacio de Hacienda el impulso necesario para volver su promesa todavía incumplida.
A pesar de la inyección de buenas noticias, el Banco Mundial empeoró el pronóstico de la actividad económica para la Argentina, ya que ahora prevé una caída del 3,5% en 2024, mientras que en abril había calculado una baja del 2,3% para este año. No obstante, el organismo internacional espera para 2025 un rebote con crecimiento del 5%.
En un escenario internacional en el que Milei optó por posicionarse como una figura relevante para el liberalismo global, y tras la recepción con pompas en Italia como invitado especial del encuentro del G7, el Ejecutivo retomaría su intención de acelerar la salida del que considera uno de los principales obstáculo para la llegada de inversiones: las restricciones cambiarias.
Si bien en el Banco Central oficializaron esa idea, aclararon que el levantamiento del ancla al dólar solamente se aplicará cuando haya certeza de que no habrá riesgos para el proceso de reducción de la inflación. El Presidente también ha reiterado en varias ocasiones que no habrá final del cepo "hasta que no sea seguro hacerlo".
En tanto, el equipo económico -que acaba de perder al viceministro Joaquín Cottani- ya se resignó a que en junio el Índice de Precios al Consumidor (IPC) subirá por el impacto del incremento en las tarifas de la luz y el gas. Asimismo, el Ejecutivo nacional presentará en julio al FMI un programa monetario actualizado, con eje en seguir contribuyendo a la estabilización macroeconómica sin ceder el equilibrio fiscal y la casi nula emisión monetaria.
Mientras que el oficialismo admite que aún se está lejos de los estándares internacionales en materia de inflación, en este momentos el nivel de precios dejó de ser el principal foco de preocupación de la opinión pública, que viró hacia la cantidad de despidos y el temor a la pérdida laboral. En el primer cuatrimestre hubo más de 120.000 despidos entre el sector privado y el público y Milei ya anticipó que habrá otros 50.000 en el Estado.