Bobby Charlton, la máxima gloria del fútbol inglés, murió este sábado a los 86 años. La noticia de su fallecimiento fue confirmada por su familia y por el Manchester United, equipo con el que el emblemático delantero había conquistado Europa en la temporada 1967-1968, después de ganar el Mundial de 1966 con la Selección.

"Manchester United está de luto tras el fallecimiento de Sir Bobby Charlton, uno de los jugadores más grandes y queridos de la historia de nuestro club. Fue un héroe para millones, no sólo en Manchester o el Reino Unido, sino en cualquier lugar del mundo donde se juega fútbol", destacaron los Reds, cuya camiseta vistió entre 1956 y 1973, en el comunicado que informó del fallecimiento del ídolo futbolístico.

La Premier League también expresó sus condolencias y enfatizó que Charlton, al que en los últimos años se le había diagnosticado demencia, fue “uno de los mejores jugadores de la historia del fútbol inglés”. “Nuestros pensamientos y más sinceras condolencias están para la familia y los amigos de Sir Bobby, y para todos en el Manchester”, expresó en sus redes sociales.

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Nacido el 11 de octubre de 1937 en Ashington, Charlton se convirtió en un futbolista ilustre de su generación y un embajador del deporte mundial por su impresionante carrera que abarcó décadas y dejó una huella imborrable en el fútbol. 

En sus inicios como jugador, Charlton fue uno de los sobrevivientes del accidente aéreo del 6 de febrero de 1958 en Múnich, cuando el Airspeed Ambassador que trasladaba al plantel del United se estrelló en el aeropuerto de la ciudad alemana, con un saldo de 23 muertos.

Desde entonces, en su exitosa carrera logró premios colectivos como tres campeonatos ingleses, una FA Cup, una Copa de Europa (después Champions League) y un Mundial con la Selección inglesa.

Además, en el plano individual ganó el Balón de Oro en 1966, año en el que también se consagró con el representativo de Inglaterra en el Mundial organizado en ese país, y fue Presidente Honorario del Manchester United desde 1984 a 2007.

Con los Reds jugó 758 partidos y marcó 249 goles, mientras que en la Selección inglesa disputó 106 encuentros y convirtió 49 tantos. 

En 1994 la reina Isabel II del Reino Unido nombró Sir a quien fuera el tercer máximo goleador histórico de la Selección.