Los Conte, el bronce y la historia del famoso “Heredero”, que fundió en un abrazo dos generaciones
El seleccionado de vóley le ganó a Brasil y consiguió su segunda medalla después de 33 años.
Más de tres décadas tuvieron que pasar para que el vóley argentino pueda volver a un podio olímpico. La medalla, esquiva en los últimos 33 años, finalmente llegó de la mano de Facundo Conte, “El Heredero”, y ante un rival al que siempre se le quiere estar un paso al frente: Brasil.
La albiceleste conquistó este sábado su segunda medalla olímpica en el vóley, tras revertir una desventaja de 1-2 al cabo del tercer set y ganarle en tie break a Brasil, número uno del ranking mundial, último campeón olímpico y reciente ganador de la Liga de Naciones 2021.
“Es un día histórico”, dijo emocionado Facundo después del partido. Y si bien el logro representa una alegría para los argentinos y argentinas que se emocionaron con la hazaña de este equipo, para la familia Conte tiene un doble significado.
Hugo, el papá de Facundo, vio el partido desde las gradas. Desde allí relató el encuentro para un medio televisivo junto a su compañero José Montesano, visiblemente emocionado.
Y esa emoción, seguramente, no solo tenía que ver con el hecho de observar con orgullo a su hijo en la cancha, sino también con el bronce conseguido 33 años atrás. La única otra medalla de Argentina en la disciplina fue alcanzada en Seúl 1988, cuando también la albiceleste derrotó a Brasil por el bronce, con Hugo entre sus filas.
Conte entonces guardó esa medalla en su habitación, en un cajón de vidrio, y Facundo de chico jugaba a los superhéroes esperando algún día poder emular a su padre.
De ahí surgió entonces el ya famoso “Heredero”, que inundó de memes las redes sociales y fue tendencia durante cada encuentro del equipo de vóley durante estos Juegos Olímpicos de Tokio.
Facundo Conte se convirtió así en la cara y referente del conjunto, por eso su alegría se transformó en la de miles tras el triunfo conseguido en la mañana de este sábado.
"Es increíble, siento una emoción muy fuerte", dijo antes de abrazarse con su padre en el Ariake Arena.
Y agregó: "Me crie en una casa con una medalla olímpica colgada en la pared y de hecho la toqué antes de venir a estos Juegos Olímpicos para traer la suerte. Y hemos mejorado los resultados anteriores. Hemos alcanzado una meta que nadie podía esperar. Hemos luchado mucho por esta victoria, y eso es lo único que importa".
Y esa frase final esconde muchas verdades, porque ahora esta delegación volverá con una medalla colgada que es el resultado del sacrificio hecho en los últimos años.
Tiempo atrás Facundo contaba que su papá nunca le pidió que sea el mejor, ni que ganara medallas, que el único consejo que le dio fue el más importante: “Divertite”, le dijo.
“Ahora le voy a pedir prestada la de bronce para jugar como él hacía con la mía”, dijo Hugo tras el partido, para después poder fundirse en un abrazo con su hijo y festejar el triunfo conseguido.