Luego de que  Alejandro "Papu" Gómez diera positivo en un control antidoping realizado en Sevilla antes del Mundial de Qatar, la Justicia española rechazó la apelación formulada por el futbolista. De esta manera, el delantero deberá cumplir con la sentencia de dos años sin poder jugar de manera profesional, impuesta por la FIFA.

La noticia fue confirmada por Raffaele Palladino, entrenador del Monza italiano, dueño de la ficha del campeón del mundo. "El recurso fue rechazado, que yo sepa. El club lo comunicará", señaló el técnico.

El año pasado, "Papu", de 36 años, fue suspendido por "negligencia grave" tras haber consumido terbutalina, una sustancia prohibida por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA)

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El nacido en Sarandí emitió un comunicado en sus redes sociales el 22 de octubre último, cuando específico que había tomado la sustancia "por error y de forma accidental" tras probar un jarabe que iba a ser injerido por su hijo menor "para el alivio de la tos".

El testeo antidopaje se había realizado en octubre del 2022, días antes del Mundial de Qatar y cuando todavía Gómez jugaba en Sevilla. Casi un año después, y ante los fuertes rumores del doping, el equipo andaluz y el jugador surgido en Arsenal llegaron a un acuerdo para rescindir el contrato que los vinculaba.

Según trascendió, ambas partes tenían conocimiento de esta situación desde hacía meses, por lo que este habría sido el impedimento para que el mediocampista campeón del mundo encontrara su nuevo destino.

Monza decidió incorporarlo, pero apenas sumó escasos minutos en la Serie A, 15 ante Sassuolo y 25 frente a Salernitana.

Aunque el "Papu" todavía pertenece el conjunto italiano, la directiva decidió apartarlo del plantel. Desde entonces, se entrena con un preparador físico personal, más cerca del retiro que de la vuelta al terreno de juego.