La derrota de Boca frente a Fluminense en la final de la Copa Libertadores comenzó a dejar secuelas. La primera de ellas fue la renuncia del entrenador Jorge Almirón. Una vez que la delegación xeneize arribó a la Argentina, Juan Román Riquelme mantuvo una reunión con el plantel y el cuerpo técnico. Sin embargo, luego de que los jugadores se retiraran, el DT le pidió conversar al vicepresidente, a quien le presentó su renuncia indeclinable: “Esto no da para más”. 

Tras pisar suelo argentino, Riquelme les agradeció a los jugadores “por volver a ilusionar al hincha de Boca”, aunque también resaltó que “es una vergüenza la posición en el torneo local” y que “hay que ganar la Copa Argentina”. 

Finalizado el encuentro con el plantel, Almirón se tomó un tiempo para conversar en privado con el ídolo xeneize y le comunicó su decisión de dar un paso al costado. El vicepresidente se mostró sorprendido, sobre todo porque el club de La Ribera afrontará este miércoles su próximo partido, contra San Lorenzo. 

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De todas formas, el exentrenador del Elche insistió en que su renuncia es indeclinable, porque la situación “no da para más": 

En líneas generales, el clima en el vestuario era bueno. No obstante, hubo algunos roces que se vieron públicamente este sábado, como por ejemplo cuando Nicolás Figal le reprochó al entrenador tras sacarlo en el tiempo suplementario ante Fluminense. “¿Qué hace? Dejate de joder”, le recriminó el defensor a un ayudante de campo. 

Otro jugador que quedó molesto en el Maracaná fue Darío Benedetto. El delantero estaba por ingresar, pero justo Boca consiguió el 1-1 parcial y el técnico pospuso el cambio por unos minutos. Edinson Cavani fue otro que se mostró fastidioso cuando le tocó salir del campo de juego. 

Por su parte, el domingo por la noche, el club emitió un duro comunicado en sus redes sociales, en el que aseguran que la salida del DT se trató de una "decisión personal", informada “después de las 21” y que rompe el contrato vigente hasta "el fin de la temporada".

En su estadía en el conjunto xeneize, dirigió 43 partidos, logrando 17 victorias, 13 empates y 13 derrotas. Es decir, una efectividad del 49%. Además, en los ocho clásicos que estuvo en el banco de suplentes, consiguió solamente 2 triunfos, 2 igualdades y 4 caídas.