Hace pocas horas, el conflicto entre Pfizer y el Gobierno sumó un nuevo capítulo. El director del Fondo Covax en América Latina, Santiago Cornejo, aseveró en una sesión académica del Grupo Joven del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales: “Argentina es opcional (en el mecanismo Covax): antes de hacer cada acuerdo le preguntamos si quieren acceder a esa vacuna. En el caso de Pfizer, nos han dicho que no”.  

El video se viralizó y enseguida desde el Ministerio de Salud desmintieron la versión con un comunicado, en el que manifestaron que los motivos del desencuentro “son los mismos que explican la imposibilidad de alcanzar un acuerdo bilateral directo en relación a las exigencias del proveedor vinculadas con el supuesto de negligencia como excepción a la indemnidad”. En el mismo sentido, la ministra de Salud, Carla Vizzotti, fue tajante durante una conferencia de prensa: “Bajen la obsesión que tienen con Pfizer: Argentina quiere comprarla".

Así las cosas, las negociaciones entre Pfizer y la Casa Rosada se tensaron -una vez más- y, en ese marco, cabe repasar cómo y cuándo comenzó todo. 

Julio de 2020. El día 10 de aquel mes, el presidente Alberto Fernández recibió en la Quinta de Olivos al gerente general de la empresa farmacéutica, Nicolás Vaquer, y al director de la Fundación INFANT, Fernando Polack. Allí, le comunicaron que Argentina había sido seleccionada para llevar a cabo una de las fases de prueba de la vacuna, y quedaron a la espera de una aprobación de la ANMAT.

Agosto de 2020. Pfizer comenzó los estudios clínicos de su vacuna en el Hospital Militar Central de la Ciudad de Buenos Aires. ¿El responsable a cargo? Polack, quien había dialogado con el Presidente. 

Septiembre de 2020. Mientras las pruebas avanzaban, el ministro de Defensa, Agustín Rossi, visitó el Hospital Militar el 24 de ese mes. Allí dialogó con Polack, y ambos destacaron los positivos resultados que avistaban. “Más de 4500 personas voluntarias están recibiendo la segunda dosis de prueba de la vacuna contra el coronavirus”, explicó Rossi. “Sin la articulación con el Estado, sin la colaboración del Hospital Militar, hubiera sido imposible llevar adelante el desarrollo de este proyecto tan importante”, agregó Polack. 

Octubre de 2020. El primer día del mes, la Comisión de Acción Social y Salud de la Cámara de Diputados recibió un expediente con detalles del contrato que se rubricaría con Pfizer. Al día siguiente, emitieron dictamen. Durante aquellas jornadas, se aprobó en el Congreso la ley que le permitía al Gobierno firmar contratos con las farmacéuticas, ya que se declararon de interés público el desarrollo, la investigación, la fabricación y adquisición de inoculantes contra el coronavirus. 

Noviembre de 2020. Se llevó a cabo la primera reunión del Comité de Vacunación nacional. Formaron parte el Presidente; el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero; el exministro de Salud, Ginés González García; el ministro de Defensa, Rossi; del Interior, Wado de Pedro; y de Seguridad, Sabina Frederic. Allí, González García explicó: “Tenemos contratos firmados con el mecanismo multinacional COVAX por 9 millones de dosis, con Oxford-AstraZeneca que es un contrato por 22.4 millones de dosis, tenemos a firmar el de Pfizer, que es más pequeño, pero nos entrega primero”.

Diciembre de 2020. Pfizer solicitó autorización para aplicar la vacuna en Argentina. En diálogo con Radio Rivadavia, González García dio detalles de la situación: “Lo que se está haciendo es una cuestión más rápida de autorización por las cuestiones pandémicas, es una buena noticia”. A su vez, auguró comenzar la aplicación de la vacuna “en la primera quincena de enero”. 

El mismo mes, en una conferencia de prensa, el ex titular de Salud dio los primeros indicios de problemas en las negociaciones. “Al principio Pfizer tenía posibilidad de entregarnos algunas dosis en diciembre y el resto de los 3 millones que estábamos conversando entre enero y febrero. Lamentablemente, pese a que nos pidieron un resguardo con una ley que sacó el Congreso argentino, todavía no hemos podido firmar el contrato como consecuencia no sabemos qué es, pero ellos dicen que es la casa matriz, que esto, lo otro". Finalmente, lamentó: “Seguimos conversando pero realmente no hemos podido firmar el contrato pese a la enorme voluntad del gobierno argentino”. En medio de los vaivenes, el 22 de aquel mes, la ANMAT aprobó “bajo la modalidad de registro de emergencia” el uso de la vacuna de Pfizer en el país.

Febrero de 2021. González García se mostró “desilusionado” con Pfizer, y por primera vez los desacuerdos eran explícitos. En una ponencia que dio en el Congreso, profundizó que la ley aprobada en octubre “tuvo un pronto despacho”: “Creo que salió por unanimidad. Y hubo un agregado al proyecto original, que estaba en la potestad de los diputados, vinculado al tema de la negligencia que hizo que cuando les remití una nota para querer firmar el acuerdo, Pfizer me dice que con ese artículo no lo puede firmar”. Al mismo tiempo, consideró que la empresa “se comportó muy mal” y “no tuvo ninguna correspondencia con la actitud” del Gobierno. 

Marzo de 2021. Uno de los directores del estudio del inoculante de Pfizer en el país, Gonzalo Pérez Marc, brindó un reportaje en CNN y consideró que le “encantaría tener Pfizer en Argentina”. Y arguyó: “Tengo cero información, pero creo que no están cerradas las negociaciones y creo que en un futuro se pueden tener”. 

Abril de 2021. “Se han retomado las negociaciones con Pfizer para entender el estado de situación y cómo se pueden generar algunos cambios para avanzar en un posible contrato”, anunció en Futurock la asesora presidencial, Cecilia Nicolini. Carla Vizzotti ya era la nueva ministra de Salud, en reemplazo del renunciado González García, quien se apartó por el escándalo del vacunatorio VIP. “Tiene que haber acuerdo entre las partes. No solo ponerse de acuerdo en las cláusulas que no estábamos de acuerdo, sino también tener una propuesta interesante de entrega en tiempo y forma de las vacunas”, finalizó. 

Mayo de 2021. Mientras la presidenta del PRO, Patricia Bullrich, denunciaba que González García “quiso un retorno” por parte de Pfizer, la propia empresa salió a desmentirla con un comunicado. “Pfizer no ha recibido peticiones de pagos indebidos en ningún momento. Por otro lado, la compañía no cuenta con intermediarios, distribuidores privados o representantes para la provisión de la vacuna COVID-19”.

Junio de 2021. Recién iniciado el mes, la situación pareció explotar. Horas después de afirmar que el país no quiso las vacunas Pfizer del mecanismo COVAX, Cornejo se retractó en un mail dirigido a la ministra de Salud. “La Argentina tenía interés de recibir la vacuna de Pfizer”, se defendió, e informó que continúan “trabajando conjuntamente”. Vizzotti habló en conferencia de prensa y pidió bajar “la tensión y la obsesión” con Pfizer, esgrimiendo que el gobierno quiere comprarla y la empresa quiere venderla. “Estamos trabajando para eso”, finalizó.

El mail de Cornejo a Vizzoti. Fuente: NA.
El mail de Cornejo a Vizzoti. Fuente: NA.

En ese estado de cosas, se llegó a la actualidad de un conflicto que no tiene final a la vista, mientras la pandemia avanza sin cesar.