El iceberg más grande y antiguo del mundo se puso en movimiento y avanza a la deriva por el océano Antártico tras desprenderse del fondo marino en el que permanecía atrapado al norte de las Islas Orcadas del Sur, un archipiélago ubicado al sureste de la isla Grande de Tierra del Fuego.

La masa de hielo, bautizada como A23a, tiene una superficie de 3.600 kilómetros cuadrados -unas 18 veces más grande que la Ciudad Autónoma de Buenos Aires-, un espesor de 400 metros y un peso de casi un billón de toneladas.

Su desplazamiento fue confirmado a través de imágenes satelitales analizadas por el British Antarctic Survey (BAS), cuyos científicos prevén que el megatémpano se dirigirá hacia el norte, a las aguas más cálidas del Atlántico Sur, y allí se romperá en fragmentos más pequeños hasta eventualmente desaparecer.

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El A23a es un remanente del iceberg A23, que se formó en 1986 a partir de la plataforma de hielo Filchner de la Antártida y se separó en tres partes, siendo el protagonista de esta historia el bloque más grande.

En ese entonces quedó anclado en el fondo del mar de Weddell, en donde permaneció inmóvil por más de tres décadas. En noviembre de 2023 comenzó a moverse y desde entonces estuvo suelto en el Océano Antártico, pero luego quedó atrapado en un fenómeno natural conocido como Columna de Taylor.

Se trata de aguas giratorias que se forman sobre montañas submarinas, las cuales mantuvieron al megatémpano rotando durante meses y retrasaron la mayor parte del derretimiento, según detallaron desde el BAS.

"A23a acaba de escapar", anunciaron recientemente desde el instituto británico de investigación polar, a la vez que precisaron que los científicos monitorean su impacto en los ecosistemas oceánicos. De acuerdo a las predicciones iniciales, la masa de hielo seguirá la Corriente Circumpolar Antártica y continuará el camino que tenía antes de quedar atrapada en la Columna de Taylor.