Mientras países europeos y asiáticos expresan con preocupación la aparición de rebrotes del nuevo coronavirus, un grupo de científicos de la Universidad de Strathclyde, en Escocia, alumbró una esperanza hacia el corto plazo. En una entrevista con The New York Times, aseguraron que algunas ciudades del mundo, en las que más virulento fue el impacto del Covid-19, podrían estar en los albores de la "inmunidad de rebaño".

La tesis de ese conjunto de epidemiólogos es que, a diferencia de lo que postulan los estudios tradicionales, el nivel de inmunidad que debe alcanzar una determinada población para considerarla "colectiva" contra el SARS-CoV-2 es del 20%, y no del 60 o 70%.

¿A qué se alude con el término de inmunidad de grupo? A medida que se propaga el virus en el tiempo, la población "susceptible" de ser infectada disminuye. Por ende, merma la aparición de nuevos casos y se aplana la curva de los contagios. En palabras llanas, baja la velocidad de difusión del brote.

¿Qué datos sustentan la teoría de la universidad escocesa? En ciudades cosmopolitas muy afectadas por la diseminación del Covid-19, como Nueva York, Londres, Mumbai, San Pablo, Río de Janeiro o Manaos, en el último mes el número de casos diarios se mantuvo estable. Luego de meses dantescos que derivaron en un colapso sanitario en la mayoría de esas urbes, hace tiempo manifiestan alivio al observar las cifras.

El cálculo para designar el nivel de inmunidad de rebaño varía para cada ciudad o zona. En Italia, por ejemplo, es imposible trazar una comparación entre Lombardía, que tiene una población de edad muy avanzada -por consiguiente, mayor susceptibilidad al coronavirus- y Molise, una región del sureste señalada como "la más joven" del país.

Sin embargo, en las tres ciudades brasileñas mencionadas sí es perceptible un mismo patrón: en todas, el cumplimiento de la distancia social y la utilización de tapabocas para frenar la extensión del Covid-19 fue muy pequeño. Y fue siempre igual. Eso decantó en un aluvión de contagios y muertes, pero mientras la conducta social no cambió, lo que sí cayó fue el número de casos. Eso lleva al grupo de científicos a pensar que la inmunidad colectiva estaría cerca en esos estados.

Dudas de infectólogos

Consultada por El Canciller, la jefa de epidemiología del municipio de San Isidro, Bárbara Broese (M.N. 130018), consideró que "es probable que en ciudades donde hubo mucha carga de circulación viral exista cierta inmunidad". Las enfermedades tienen un comportamiento natural. La infección asciende, alcanza un pico y comienza a desandar una curva descendente. "Es posible que un rebrote sea menos virulento que el primero en esas metrópolis. De todos modos, falta un poco de información todavía, me parece apresurado el análisis", agregó.

"Los estudios de anticuerpos han mostrado que los números de contagiados son 10 veces más altos que los diagnosticados por el test PCR. Una de las razones por las que la curva se ameseta es que la cantidad de susceptibles disminuye. No es irreal decir que cuantas más personas hayan pasado por esto, hay menos chances de que se expanda el virus. Pero el modelo presentado no convence desde un punto de vista matemático ni epidemiológico, en las grandes urbes no se ha superado ni el 20% en tests de anticuerpos, es un número muy bajo para hablar de inmunidad de rebaño", apunta Javier Fariña (M.N. 132500), de la Sociedad Argentina de Infectología.

Para Broese, no se deberían brindar falsas expectativas con la posibilidad de alcanzar una inmunidad de rebaño. Para ejemplificarlo, indica que Madrid estaba entre las ciudades mencionadas por distintos grupos de científicos y en la última semana aumentaron los casos de forma notable. Al día de hoy, son más de 15.000 contagios respecto a los reportados siete días atrás y el Ministerio de Sanidad sugirió "adoptar medidas drásticas".

La problemática de los jóvenes y los síntomas leves

La mayor preocupación en Europa, por estos días, es la infección masiva que reflejan los jóvenes. En Italia, el promedio de edad de los nuevos contagiados es de 30 años. Los sanitaristas lo atribuyen a un efecto "relajación". El problema es que esa franja de la población después transmite el virus a los más vulnerables. Un estudio con 192 niños y adolescentes que publicó la Universidad de Harvard, alertó que los chicos tienen carga viral más alta que un paciente encerrado en una unidad de terapia intensiva.

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Fariña consideró que el principal propagador del virus, y lo que genera brotes en ciudades donde no lo había, son los pacientes que tienen síntomas leves y no consultan ante el médico. "El asintomático puede llegar a infectar pero no es lo más frecuente, sino el que tiene señales leves de la enfermedad y sigue diseminando el virus como si nada", sostuvo a este medio.

Por último, advirtió: "No está mal decir que estamos más cerca de la normalidad. Es real que falta menos, pero no sabemos si nos encontramos cerca".