El juez federal Julián Ercolini, quien está a cargo de la causa por el choque de trenes ocurrido el viernes en Palermo, que dejó un centenar de heridos, sigue tres líneas de investigación: una apunta a un error humano, la otra al estado de la línea San Martín y la restante a la aplicación de controles y métodos de prevención. Si bien el expediente por estrago culposo aún no tiene imputados, son las hipótesis que, en conjunto, se cree que fueron las causantes del accidente.

En manos del juzgado ya están las planillas de funcionamiento del trayecto en el que se produjo el siniestro y, en ese sentido, el juez quiere saber si el motorman tomó las precauciones suficientes y cuál fue la información que se le suministró.

Por ello es que, a partir de la próxima semana, Ercolini pretende tomar declaración tanto al maquinista de la formación con siete vagones que transportaba pasajeros desde la estación Retiro hasta la localidad bonaerense de Pilar, como a algunos de los pasajeros para corroborar a qué velocidad iba al tren antes de impactar en el viaducto situado a la altura del cruce entre Figueroa Alcorta y Dorrego.

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El juez quiere también hacer foco en la señalización que había en ese tramo ferroviario, que pudo complicar la conducción de la formación, a raíz del robo de cables de alta tensión registrados en los últimos meses. 

La información que tiene el juzgado es que efectivamente existieron los robos antes del accidente, pero la duda es por qué no se reemplazaron los cables.

El secretario de Transporte, Franco Mogetta, reconoció el viernes el permanente robo de material eléctrico en el sistema ferroviario y la dificultad que supone prevenir esos hechos delictivos.

"Nosotros, desde que llegamos, hemos reemplazado la vía del San Martín dos veces por el robo de cables. La última vez hicimos hasta una bóveda de cemento para evitar que vuelva a suceder, pero igual fue vandalizada con picos", explicó en diálogo con el canal de televisión TN.

El funcionario, además, cruzó a los dos principales referentes sindicales ferroviarios, quienes responsabilizaron al Gobierno libertario por el accidente.

"No pueden cargarnos una situación que viene de hace 10 años", sostuvo el cordobés antes de indicar que durante la gestión anterior "no se compró ni un rulemán". "Heredamos una situación devastada", graficó el secretario de Transporte.

Sus declaraciones apuntaron a responder a Omar Maturano, secretario general de La Fraternidad, quien denunció que hace unos 10 días en las líneas del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) se opera sin sistema de señales debido al robo de cables, y al titular de la Seccional Oeste de la Unión Ferroviaria, Rubén "Pollo" Sobrero, quien manifestó que el accidente hay que "cargárselo a la cuenta del presidente Javier Milei, por la falta de inversiones".