Todos los caminos conducían al final más anunciado de los últimos días: la suspensión del partido entre Argentina e Israel, en lo que iba a convertirse en la última prueba de la Selección argentina antes del Mundial de Rusia.

Pero no: el temor de los propios jugadores convenció a los dirigentes de peso en la AFA para que terminaran de tomar la decisión de cancelar el encuentro que este sábado iban a protagonizar la albiceleste ante el seleccionado israelí.

El clima de tensión en la antesala del encuentro y las amenazas desde las redes sociales en pleno conflicto Israel- Palestina terminaron de definir la cuestión tal cual como solicitaron Lionel Messi, Javier Mascherano y Jorge Sampaoli a Chiqui Tapia, mandamás de la entidad argentina de fútbol.

La advertencia también había llegado por parte presidente de la Federación Palestina de Fútbol, Jibril Rajoub, ayer le envió una carta al representante del Gobierno argentino en Cisjordania y a la AFA. Con términos muy severos: "Vamos a iniciar una campaña contra la federación argentina, apuntando personalmente a Messi”.

Para evitar una mala situación e incomodidad de los futbolistas argentinos, el destino estará finalmente en Moscú, aunque se desconoce en qué fecha dejarán finalmente la concentración en Barcelona para preparar, sin ningún amistoso previo, el encuentro clave ante Islandia, en el debut del certamen.

Habrá que ver cómo se define el dinero invertido con anticipación y los millones que quedaron en el aire. Ahora, con la suspensión consumada, la bronca estará centrada en la organización del evento.