Morales, Urtubey y el enviado de Schiaretti: busca el Gobierno recuperar el apoyo de los gobernadores
La extensa jornada del jueves dejó mal parado al Gobierno y gran parte de su gabinete, tras el fracaso en el tratamiento de la Reforma Previsional en la Cámara de Diputados.
El fugaz quorum que aprobó Emilio Monzó (antes de trensarse en un duelo de insultos y piñas con Leopoldo Moreau), no le alcanzó para abstraerse de los disturbios y la represión que gobernaban fuera del Congreso.
Y luego de dejar en stand by el Decreto de Necesidad y Urgencia que convertía en ley la reforma, desde Casa Rosada decidieron darle otra oportunidad a la Cámara Baja el próximo lunes en una nueva sesión.
Sin embargo, esta vez, Mauricio Macri le dio órdenes claras a Marcos Peña de no dejar ningún detalle librado al azar. Y por detalles se refería a votos.
Por ello, el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, su par de Hacienda, Nicolás Dujovne , y el vicejefe de gabinete, Mario Quintana, recibieron a los gobernadores en el Parlamento para negociar -nuevamente- la reforma previsional y explicar el bono compensatorio para los jubilados, que sí saldrá por decreto.
A la reunión asistieron los gobernadores oficialistas Gerardo Morales (Jujuy) y Alfredo Cornejo (Mendoza), los peronistas Juan Manuel Urtubey (Salta), Domingo Peppo (Chaco), Carlos Verna (La Pampa), Omar Gutiérrez (Neuquén), Rosana Bertone (Tierra del Fuego) y Gustavo Bordet (Entre Ríos) y los legisladores oficialistas, como el titular de Diputados Emilio Monzó, el radical Mario Negri, el jefe del bloque PRO, Nicolás Massot, el lilito Juan Manuel López; y Luciano Laspina, Juan Manuel López y Eduardo Amadeo; y los peronistas Pablo Kosiner, Guillermo Snopek, según informó Clarín.
Macri, Peña y su Gabinete no quieren sustos, desplantes de diputados, ni revivir el jueves negro. Mucho menos el fuego amigo de Lilita Carrió. La Reforma Previsional debe ser ley porque la economía atada con alambres de Dujovne así lo requiere para suavizar el déficit fiscal.