Que para poder aprobar la reforma previsional, el "corazón” del reformismo permanente, el Gobierno pagó un alto costo político no es novedad. No obstante, desde Balcarce 50 tomaron nota y decidieron terminar el año sin ningún tipo de sobresaltos, luego de una semana de tensión y violencia en las calles, en marzo finalmente se tratará la reforma laboral, el último eslabón de la cadena de leyes que necesita Cambiemos. Luego del "comité de crisis” que organizó la CGT para evitar la fractura, nadie quiere correr riesgos innecesarios en el tramo final de un diciembre caliente.

La represión, el caos, las piedras y los heridos configuraron una semana compleja para el Gobierno. Un tifón de violencia golpeó las inmediaciones del Congreso de la Nación y aún no está bien definido cómo seguirá. Que la clase media urbana, clave y base permanente de Cambiemos en las urnas, haya salido con las cacerolas por los diferentes barrios le brinda un tinte incierto a la cuestión.

En Balcarce 50 prevén que el proyecto de la reforma laboral, en cuya "negociación” está la lapicera del triunvirato de la CGT, compuesto por Héctor Daer, Carlos Acuña, y Juan Carlos Schmid, pueda llegar a tener una conflictividad social similar a la que se vivió esta semana. Si bien fue incluida en las sesiones extraordinarias recién pasará para marzo, donde se reanudarán las sesiones legislativas. El paro a destiempo y la tenue reacción dejó en la cornisa al triunviro.

Las negociaciones que llevó el Gobierno con parte de la "liga” de los gobernadores peronistas dejaron expuesto al bloque Argentina Federal, que lidera el salteño (y delfín de Juan Manuel Urtubey) Pablo Kosiner; sus diputados fueron claves para el quórum y para garantizar los 127 votos. De los 35, 16 lo votaron a favor, 15 en contra, dos se abstuvieron y otros se ausentaron antes de definir su postura. Tras la primera sesión fallida que tuvo lugar el jueves, el titular de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, y el jefe de Gabinete, Marcos Peña tuvieron que publicar una foto en la antesala de la segunda sesión con los caciques provinciales como gesto de "consenso”. Ahora, se prevé que no será tan fácil volver a buscar votos y por eso dejarán que bajen las aguas.

Quién ocupará el rol protagónico para defender la ley será el ministro de Trabajo, Jorge Triaca. Enfrente tendrá a organizaciones gremiales que se nucléan en la Corriente Federal que lidera el bancario radical Sergio Palazzo; Camionero, con Pablo Moyano a la Cabeza y las CTA del diputado kirchnerista Hugo Yasky y Pablo Micheli, quienes cargaron duro en la multitudinaria manifestación en las afueras del Congreso el 29 de noviembre.