"Que, en orden a ello, los beneficiarios de las prestaciones contenidas en el SISTEMA INTEGRADO PREVISIONAL ARGENTINO (SIPA) y en normas previsionales anteriores y que hubieren cumplido con los extremos exigidos por la Ley tanto en materia de años de servicio como de edad y cuya cuantía devengada al mes de marzo del 2018, sea inferior a PESOS DIEZ MIL ($ 10.000.-), percibirán el mencionado subsidio por un monto equivalente a PESOS SETECIENTOS CINCUENTA ($ 750.-).

Que, para el caso particular de los beneficiarios de las prestaciones contenidas en el SISTEMA INTEGRADO PREVISIONAL ARGENTINO (SIPA), obtenidas con moratoria y cuya cuantía sea inferior a PESOS DIEZ MIL ($ 10.000.-), los beneficiarios de Pensión Universal para el Adulto Mayor y los beneficiarios de Pensiones No Contributivas, percibirán el mencionado subsidio por un monto equivalente a PESOS TRESCIENTOS SETENTA Y CINCO ($ 375.-)

Que en el supuesto de las personas beneficiarias de la Asignación Universal por Hijo para Protección Social percibirán el mencionado subsidio por un monto equivalente a PESOS CUATROCIENTOS ($ 400.-)".


Lo prometido es deuda. Antes de que se cumpliesen 24 horas de la sanción de la reforma previsional, el presidente Mauricio Macri sacó el bono compensatorio para los jubilados y pensionados cuyos haberes sean inferiores a los diez mil pesos. Idéntico hasta la letra chica: los montos de empalme serán 375 o 750 pesos dependiendo de la cantidad de años de aporte (los 30 son la visagra). 

Con este Decreto de Necesidad y Urgencia, el Presidente quiere dejar atrás una de las semanas que mayor costo político tuvo para la gestión de Cambiemos: incidentes, detenidos, policías y ciudadanos heridos, y un cacerolazo en el Congreso a a la madrugada. 

"¿Para qué un bono compensatorio si según el oficialismo ningún jubilado pierde plata?", ironizó la oposición. Lo cierto es que este DNU permitió al oficialismo conseguir el quórum que convirtió en ley la reforma previsional -este martes- luego de la sesión fallida del pasado jueves.