"El bono viene a equilibrar la diferencia que se producía en los tramos más bajos por la fórmula de actualización. Morigera el proyecto original y resuelve muchas dudas que tenían varios diputados”, aseguró el gobernador de Entre Ríos, Gustavo Bordet. Luego de la sesión escandalosa del jueves, que se levantó por la decisión conjunta de Elisa "Lilita” Carrió y el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, el Gobierno afina la lapicera y -se estima- que los gobernadores aportarán el quórum necesario y los 23 votos del interbloque peronista para lograr aprobar la reforma previsional.

En el oficialismo lo llaman "compensación” y en la oposición tratan de "limosna” al bono extra que adjuntará por decreto (para que no se modifique el proyecto original y no vuelva a votarse) el presidente Mauricio Macri. La negativa del apoyo peronista a la sesión del jueves, mientras la conflictividad y la represión por parte de las fuerzas de seguridad en los alrededores del Congreso crecían, graficó la naturaleza endeble de la iniciativa. No obstante, tras la reunión en sede legislativa, en Cambiemos confían que finalmente conseguirán los 129 diputados para el quórum.

Con precisión quirúrgica, los gobernadores aprovecharon la nueva "ronda” de negociaciones y pidieron como contraparte de su fidelidad, adelantos de coparticipación para el pago del aguinaldo y la incorporación de más obras al presupuesto 2018, que se estima que esta semana se aprobará. Los mandatarios provinciales, a su vez, necesitan "oxigenarse” con fondos para que la conflictividad no llegue a sus provincias. Este lunes continuarán las negociaciones a contrarreloj con la Casa Rosada.

El diputado Pablo Kosiner, quien lidera el interbloque Argentina Federal, que nuclea a siete gobernadores peronistas, resumió la posición generalizada luego de la reunión con el Gobierno: el camino está "allanado" para aprobar la ley.