Sense 8: el amor puede salvar al mundo
Amor Vincit Omnia, es el nombre de una pintura del italiano Caravaggio y el nombre del episodio final de la fallida serie de Netflix, Sense 8.
La serie de las hermanas Lana y Lilly Wachowski involucra a ocho personajes que tienen una suerte de conciencia compartida que les permite ayudarse los unos a los otros y, de esta forma, salir de diferentes aprietos, formar enlaces rápidos y hasta, por qué no, tener amistades duraderas. En un sentido muy real, las ocho personas se conocen entre sí, de una manera que ignora el género, la raza u otras construcciones sociales que dividen a las personas en categorías ordenadas.
El tema central de la serie casi que se desprende de mi película favorita de las Wachowski (Cloud Atlas 2012) y encontró en esta serie, un programa que mereció algo mejor que que estas dos temporadas de Netflix.
Desde el principio, Sense8 se ha dividido entre múltiples enfoques. Está la celebración de las conexiones de la humanidad, sí, pero también las tramas individuales de cada personaje, los momentos de alegría y las secuencias de acción hiper violentas. Pero el tejido que conecta, lo que ha llevado la trama hacia adelante cuando necesita pasar a otro nivel, siempre ha sido una historia de conspiración que involucra a la BPO (Biologic Preservation Organization), una suerte de organización de personas malas (me maté con la metáfora).
Sense8 se dividió en múltiples enfoques: las conexiones de la humanidad, tramas individuales de cada personaje, momentos de alegría y secuencias de acción violentas.
Siempre que la serie se centró en la caza que esta organización hace de los sensates fluyó relativamente bien, pero cuando se le pide a la BPO que haga más que eso, ahí es cuando Sense8 comienza a desmoronarse, como la mayoría de las series de este estilo. Cuanto más aprendemos sobre los malos, menos interesante se vuelve.
Una lectura que se hace sobre Sense8 y que siempre llamó la atención es que es una de las mejores series sobre cómo es estar en internet, leer tu timeline de Twitter o Tumblr, donde una persona con una experiencia de vida muy diferente a la nuestra, desde otra parte del planeta puede estar viviendo exactamente lo mismo que uno. Incluso, puede tener las mismas esperanzas, temores y deseos, y hasta quizás puedas conectarte en ese nivel. Tomando esta idea se puede argumentar que internet y las redes sociales son el objetivo metafórico de Sense8. Después de todo, ¿en qué otro lugar podés conectarte con los pensamientos más profundos o más imbéciles de personas que no conocés?
Al comienzo de este episodio final, cuando cada sensate del "equipo" ejecuta la casa de seguridad con sus teléfonos, brinda esa sensación de conexión a través de la tecnología. En esos mismos primeros minutos vemos una imitación de Eurovisión, una competencia internacional famosa por la terrible música que se usa como excusa para unir a la gente. No es de extrañar que haya florecido en la era de las redes sociales cuando comentar eventos se vuelve uno de los pocos momentos de comunión y diversión. En esa línea, Sense8 es una serie sobre comunidades repentinas y consistentes, o incluso familias encontradas.
El final, a decir verdad, queda muy expuesto en tratar desesperadamente de relatar todo lo que los creadores de la serie querían hacer a lo largo de varias temporadas, pero tuvieron que resumir en un bloque de 30 minutos. Literalmente, hay una escena en la que un nuevo personaje pregunta si los diversos sensates pueden responder algunas preguntas y, luego, todos los involucrados ofrecen respuestas a algunos de los misterios de la serie.
Al terminar, sin ánimo de caer en spoilers, Sense8 sugiere que la mejor manera de sanar el mundo no es vencer a un tipo malo, una ideología horrible, sino encontrar mejores formas de cuidarnos, de amarnos unos a otros para que los demás se sientan realmente bien. La secuencia final deja a los espectadores con la idea de que el amor podría salvar el mundo.
Bello o ingenuo, cursi o naif, al fin y al cabo la serie intentó remarcar desde el día uno la conexión emocional, por lo que podemos decir que muere en la suya. Ahora ¿eso la convierte en una buena serie? Esa otra discusión y spoiler: la respuesta es no.