Por qué Spider-Man 2 es de las mejores películas arácnidas
El reciente estreno de Spider-Man: Far From Home logra que existan tres segundas partes del arácnido en el cine.
La primera de ellas sucedió en el 2007. El crítico de cine más famoso y más citado del medio, Roger Ebert, había reseñado a Spider-Man 2 como "la mejor película de superhéroes desde que el género moderno comenzó con Superman de 1978". Una afirmación que, por lo menos, da para el debate. Pero aún en la actualidad, un renombrado director como Guillermo del Toro incluye a Spider-Man 2 en su lista de películas superheroicas favoritas.
La segunda entrega del arácnido se lanzó luego de un rotundo éxito de su predecesora. El director, Sam Raimi, había logrado apelar no solo a la gran mayoría de la crítica, sino también a la audiencia fanática de los comics. Fue otra película a estrenarse en el verano estadounidense, la época donde salían las superproducciones de gran escala y efectos.
En ese entonces, no existía tal cosa como el Universo Cinematográfico de Marvel ni tampoco el de DC, no formaba parte de ninguna saga a largo plazo, ni potencial crossover o spin-off; no tenía la presión de otros films para rendir en la taquilla. Este contexto es clave para entender un poco sobre su creación y por qué resultó ser la película que fue.
Spider-Man 2, al estar libre de las maquinarias cinematográficas de hoy, se concentra en un enfoque más reducido, una escala totalmente opuesta a la de salvar el mundo y explosiones espectaculares, apuntando más a enriquecer la historia particular de cada personaje. A diferencia del film anterior, fue co-escrita por Michael Chabon, autor exitoso que entiende cómo hacer funcionar a los superhéroes.
Se aprecia desde el primer minuto de cinta, la manera en que Peter Parker trata de lograr un equilibrio entre su vida normal y su identidad de Spider-Man con resultados para nada favorables. La dirección y el guión, con pequeños vistazos a la vida de Peter, intenta mostrar al público que tiene mucha mala suerte y problemas como cualquier otro, pone al personaje con los pies bien en la tierra.
Spider-Man 2, al estar libre de las maquinarias cinematográficas de hoy, se concentra en un enfoque más reducido, una escala totalmente opuesta a la de salvar el mundo y explosiones espectaculares, apuntando más a enriquecer la historia particular de cada personaje.
En comparación con la primera, se muestra una evolución pronunciada de todos los personajes que además plantea los compases en los que se apoya toda la película. Peter comienza aprender del equilibrio de sus dos vidas, Mary Jane busca avanzar tanto en el amor como en su carrera y Harry Osborn quiere aprender de los errores de su padre. En particular, la relación amorosa de Peter y MJ, cada uno comienza a tomar decisiones más adultas y comprende qué necesita y no necesita del otro, lo que genera el quiebre entre ambos.
El aspecto técnico es importante de mencionar ya que eleva los riesgos de la trama y la llena de dinamismo. Siempre fue particular la manera de Sam Raimi de filmar a Spidey balanceándose en la ciudad, una adrenalina que fue difícil de reproducir en el reboot con Andrew Garfield. Las peleas con el villano le daban atención al esfuerzo del héroe por derrotarlo y la carga emocional en cada batalla, especialmente en la escena en que Spidey intenta detener el tren. La coreografía contra Doc Ock, con una buena mezcla entre CGI y realidad, consigue que el público dude hasta último segundo si realmente saldrá victorioso el héroe.
El elenco se afianza en los papeles de sus personajes, con un inmejorable J.K. Simmons bordando lo ridículo y al mismo tiempo circulando a su contraparte del comic. Sin embargo, es la adición de Alfred Molina como villano el punto más alto. Interpretando al Dr. Otto Octavius, se lo plantea como mentor de un curioso Peter Parker, cuya motivación es un avance científico con fines totalmente benéficos.
Peter finalmente parece encontrar una figura paternal positiva, luego del fallido Norman Osborn en el primer film, lo que implica una nueva carga emocional para el desarrollo de Spider-Man 2. Otto luego se convierte en Doctor Octopus pero para entonces, la audiencia simpatiza con él ya que es una tragedia la que lo lleva por el camino oscuro. Es un ser humano, con metas humanas, donde el mundo lo empujó a convertirse en alguien que no quería serlo.
El crecimiento de los personajes, las relaciones entre ellos, sus emociones, el villano, todo está conducido por el tema que recorre esta entrega: la responsabilidad. La responsabilidad de Peter para con su alrededor, la de MJ para consigo misma, la de Harry con su intento de encausar su futuro. Todas las decisiones que toman se basan en asumir las consecuencias de sus actos. El discurso de tía May antes del tercer acto, habla también del sacrificio, quizás necesario para afrontar las propias elecciones. "Yo creo que hay un héroe en todos nosotros, que nos hace honestos, nobles y finalmente nos permite morir con orgullo. Aunque a veces tengamos que ser firmes y renunciar a lo que mas querramos. Incluso nuestros sueños”.
El súmmum de esta temática se da cuando Spider-Man, luego de haber derrotado a Doc Ock, le pide ayuda para detener el invento que terminaría tragando la ciudad. Spidey se quita la máscara y revela su identidad, recordando que Otto era su mentor. Peter le dice "a veces tenemos que ser firmes y renunciar a lo que más querramos". Octavius recapacita de lo fútil que era su deseo y se sacrifica para detener la máquina con un “no moriré como un monstruo”, un sacrificio en paralelo con el del mismo héroe.
Ese final cierra el círculo, con un villano que muere como una simple persona, reconociendo sus errores por el bien común. Peter ve a MJ que también descubre su identidad y allí él confiesa por qué nunca podrían estar juntos: ser Spider-Man es su responsabilidad. Para ello decide sacrificar el amor de su vida, otra faceta duramente emocional del recorrido del héroe.
El film concluye con un Spidey maduro, entendiendo su lugar y las acciones a tomar para no afectar de manera negativa a sus seres queridos, MJ tomando responsabilidad de sus emociones y una decisión respecto a ello y Octavius con ese acto final asumiendo sus actos. Se siente como una película más personal, una lupa sobre los sentimientos que conforman a los personajes, qué los hace latir y cómo eso repercute en su entorno: los personajes aprenden y avanzan hacia una nueva etapa.
El mensaje que dejó Spider-Man 2 se refleja en la más reciente Spider-Man: Into The Spiderverse y a su medida en Far From Home; donde lo que hace a Spidey no es una máscara con telarañas, sino tener la fortaleza suficiente para hacer lo correcto hasta en los momentos más duros. Ya lo dice la frase que identifica al personaje: un gran poder, conlleva una gran responsabilidad.