En la derrota del Gobierno hubo pocos ganadores –si es que los hubo–. Axel Kicillof consiguió una victoria parcial. Durante los últimos dos años la Cámara alta de la Legislatura bonaerense estuvo dominada por la oposición: una piedra que el mandatario provincial se sacó del zapato con el resultado de los comicios, pero que le apareció en el otro pie: Diputados.

A partir de diciembre, el Frente de Todos tendrá el control del Senado, pero en la Cámara baja –donde hasta ahora ejercía su hegemonía– su bloque sufrirá una merma. En consecuencia, estará obligado a negociar con el resto de las fuerzas en el recinto para aprobar las leyes más importantes, como los pedidos de endeudamiento o el Presupuesto 2023 y 2024. “Habrá un equilibrio que es necesario”, dijo a El Canciller la diputada provincial y presidenta de la Coalición Cívica-ARI, Maricel Etchecoin Moro.

“Tenemos la obligación de hacer esa convocatoria al diálogo. Así lo determinaron las urnas. No tenemos margen para jugar a la especulación política”, reconoció por su parte el oficialista Juan Miguel Gómez Parodi, en conversación con este medio. Además, dijo que trabajarán para generar mayor consenso. Resta la incógnita de cuál será la garantía de que la oposición adopte una postura más dialoguista. “Ninguna”, opinó el legislador.

Juan Miguel Gómez Parodi, diputado provincial.
Juan Miguel Gómez Parodi, diputado provincial.

Senado

La Cámara alta es la gran victoria del gobernador. De los 23 escaños en juego, el FDT se quedó con 10 de ellas, mientras que el resto fue para Juntos. Por lo tanto, la distribución en la cámara quedará empatada: 23 para cada espacio. Se trata de una buena noticia para la Gobernación, ya que en esos casos define la presidenta del cuerpo –y vicegobernadora–, que en este caso es Verónica Magario. Sin embargo, el quórum seguirá dependiendo del aval de la oposición.

En los dos primeros años del actual Gobierno provincial, la relación con la oposición fue tensa en el Senado. “Hubo gestos que no fueron de acompañamiento, sino todo lo contrario, obstaculizaron la gestión”, aseguró Gómez Parodi. Por su parte, Etchecoin Moro lo ve de otra forma. “En estos dos años eso nos permitió modificar muchas leyes e incorporar, por ejemplo en el marco de la pandemia, a muchos sectores que no estaban siendo tenidos en cuenta”, planteó la legisladora.

Maricel Etchecoin Moro, diputada provincial.
Maricel Etchecoin Moro, diputada provincial.

Diputados

En la Cámara baja, el oficialismo redujo su cantidad de bancas a 42 y, aunque seguirá siendo la primera minoría, deberá conseguir el acompañamiento de por lo menos de cinco diputados más. No la tiene fácil: 41 serán de Juntos, tres de los liberales de Avanza Libertad, dos de Cambio Federal, dos del Frente de Izquierda, uno del Partido Fe y uno del bloque aliado 17 de noviembre. Para llegar a los dos tercios deberá sumar 17 voluntades además de las propias.

El resultado en los comicios estuvo muy por debajo de las expectativas. Por eso, el actual presidente del bloque oficialista Facundo Tignanelli, que estaba noveno en la nómina de la Tercera sección, no logró renovar su banca. No obstante, en la Gobernación analizan la posibilidad de generar un movimiento con la integración del cabeza de lista del intendente Mariano Cascallares al Gabinete para que el matancero ingrese como suplente.

La oposición perdió el control del Senado, pero se hizo fuerte en Diputados. “Los bonaerenses necesitamos que cuanto antes dejen de buscarse espejos imaginarios y entiendan que perdieron y que el votante buscó equilibrar las relaciones de fuerza”, afirmó Etchecoin Moro, quien luego agregó que “lo importante es que el Ejecutivo procese el resultado electoral”. Además, abrió el paraguas: “El diálogo tiene que ser primero entre ellos, y después en el parlamento”.