Mientras los focos están puestos en la Cámara de Diputados por el tratamiento de la controvertida Ley Ómnibus, en el Senado los legisladores kirchneristas profundizan su estrategia para lograr sesionar y alcanzar su objetivo de derogar el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 70/2023, que enfrenta varios amparos judiciales y está parcialmente vigente desde diciembre. 

Los bloques que integran la Cámara alta comenzaron a desplegar sus fichas sobre el tablero, ante la posibilidad de que en los próximos días finalmente sea convocada formalmente una sesión especial para debatir el DNU de desregulación económica firmado por el presidente Javier Milei.

En esa línea, el kirchnerismo buscará sentarse en el recinto de la Cámara alta cada semana para intentar rechazar el DNU, pero para eso necesita que se concrete el llamado a sesionar que le pidieron el miércoles pasado a la Vicepresidenta y titular del Senado.

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La semana pasada, el interbloque de senadores del Frente de Todos elevó el pedido a Victoria Villarruel, con la firma de cinco legisladores, para que convocara a ese debate el próximo jueves, desde las 14. El objetivo del kirchnerismo es apuntar a la derogación del megadecreto pero, primero, necesita lograr quórum para sesionar: ya que cuentan con 33 senadores propios, necesitan sólo cuatro más para tener luz verde para el tratamiento.

La presidenta del Senado tiene la posibilidad de resolver en qué fecha y a qué hora convocará a la sesión especial, algo que aún no comunicó oficialmente, mientras gana tiempo para delinear un plan de acción que imposibilite el freno al Ejecutivo que busca la oposición más dura. No obstante, aunque el Senado definiera derogar el decreto, debe ser también desaprobado por Diputados para que la decisión del Poder Legislativo tenga validez y ponga fin a lo establecido por el Presidente.

Desde la oficina de la Vicepresidenta dejaron trascender, según informó la agencia Télam, que antes de convocar a la sesión, Villarruel realizará una ronda de consulta con los jefes de los bloques no kirchneristas, los mismos con los que obtuvo -a pocos días de asumir su mandato- una mayoría de 39 votos que le permitió elegir a las autoridades de la Cámara y la distribución de los lugares en las comisiones.

"Unión por la Patria va a bajar todas las semanas hasta que consigamos quórum", aseguró el viernes la senadora bonaerense Juliana Di Tullio, aunque reconoció que su bloque depende "de que bajen el resto de los senadores, radicales y bloques provinciales, que dicen públicamente y a las centrales sindicales que van a votar en contra".

En tanto, fuentes de la oposición más cercana a La Libertad Avanza indicaron que "a 45 días del Gobierno, no hay una decisión de voltear el DNU", aunque algunos portavoces supeditaron el humor a cómo termine en Diputados la votación de la "Ley Bases" que aún negocia el oficialismo con los opositores más dialoguistas y que se prevé que arranque su tratamiento este martes.

Tanto desde el radicalismo como desde el PRO y algunos disidentes argumentaron que, aunque un incremento de la pirotecnia verbal en Diputados no los impulsaría a otorgar el quórum para tratar el DNU, "puede cambiar la agenda de tratamiento de los temas".

Descartados los miembros radicales, del PRO, un par de disidentes que ya se mostraron contrarios a su postura y, por supuesto, los libertarios, al kirchnerismo le queda ir en busca de los votos que le faltan en el bloque Cambio Federal, conformado por cuatro exintegrantes de Juntos por el Cambio; en los dos peronistas disidentes de Unidad Federal, Carlos Espínola y Edgardo Kueider; en los misioneros del Frente Renovador de la Concordia y en los senadores de Por Santa Cruz.