Tras una gestión de último momento del flamante jefe de Gabinete, Guillermo Francos, el oficialismo consiguió este miércoles las firmas necesarias para dictaminar en el Senado la Ley Bases, que será tratada en el recinto la semana próxima, casi un mes después de haber sido aprobada por la Cámara de Diputados.

Al cabo de una jornada frenética, y mientras ya se avizoraba un nuevo fracaso de La Libertad Avanza para lograr los despachos de comisión de esta iniciativa y del paquete fiscal, la principal espada negociadora del Gobierno acudió al Congreso y destrabó las negociaciones, que habían quedado nuevamente empantanadas, junto a la vicepresidente, Victoria Villarruel.

"¡Hay dictamen de la Ley Bases en el Senado de la Nación! ¡Viva la libertad, carajo!", celebró en sus redes sociales el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, lo mismo que hizo el vocero presidencial, Manuel Adorni.

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Pese a este festejo virtual, según consignó la agencia Noticias Argentinas, la firma de los despachos no pudo concretarse esta noche en la Cámara alta por la ausencia de algunos senadores clave para llegar a la mitad más uno en cada comisión. Sin embargo, este trámite se concretará este jueves, lo mismo que el dictamen del paquete fiscal.

La jornada fue intensa, y por momentos delirante. Abierto el juego en el plenario de comisiones, los dos principales escollos para los libertarios fueron el senador radical Martín Lousteau y su par santacruceño José María Carambia, quienes incluso llegaron a afirmar que presentarían sus propios dictámenes.

El primer legislador en tomar la palabra fue el kirchnerista José Mayans (Formosa), quien sorprendió con un pedido, luego de remarcar que ambos mega proyectos, en caso de ser aprobados, estarán vigentes "por 15 o 30 años".

"Hay otros temas que están pendientes para conseguir un gran acuerdo nacional. Acá falta un nuevo trato en el que estén contempladas las distintas situaciones. Se habla del Pacto de Mayo, pero no vemos un papel donde se hable, por ejemplo, de las cajas previsionales de las provincias, del FONID, de la salud… Y así son varios los temas pendientes para coordinar una política federal", reflexionó.

En esa línea, y tras enumerar una serie de frentes abiertos que tiene el Gobierno nacional, el formoseño continuó: "Es muy difícil conformar un diálogo en medio de todos los conflictos que está generando el sistema y con una ley que le da poder absoluto al Presidente, que nada tiene que ver con el sistema federal y republicano".

Luego, la senadora del PRO Guadalupe Tagliaferri, una de las más picantes y con vuelo propio dentro de su partido, le pidió a La Libertad Avanza que explicara los cambios que efectuaron, algo que no consiguió la representante porteña ni ningún otro senador, como fue el caso de Edith Terenzi (Chubut), de Cambio Federal. 

Tagliaferri, esencialmente, volvió a plantear dudas sobre el paquete laboral y el Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (RIGI). 

Los discursos más pirotécnicos los esbozaron el senador ultrakirchnerista Oscar Parilli (Neuquén), para quien con la Ley Bases "están regalando a la Argentina", y Lousteau, que señaló que "los cambios que se han hecho son meramente cosméticos".

Al jefe de la Unión Cívica Radical se sumó su correligionario Pablo Blanco (Tierra del Fuego), quien se manifestó en contra de la privatización de Aerolíneas Argentinas, el Correo Argentino y Radio Nacional

Para Blanco, la ley "tiene una visión muy porteña y centralista". "Los puedo llegar a entender, pero estamos en un país federal. Aunque al actual Gobierno la palabra federal le hace escozor. Parece ser que todo gira alrededor de la Ciudad y de la provincia de Buenos Aires. El resto parece que somos los hijos no deseados de este país", argumentó. 

Entrada la noche, y cuando la posibilidad de dictaminar estaba casi caída, el oficialismo convocó a un cuarto intermedio, sin dar precisiones del día y la hora en los que se proseguiría con el debate. 

Fue allí cuando se hizo presente Francos y, en el Salón Gris, acompañado por Villarruel, ambos lograron reunir a los senadores "dialoguistas" más reacios a acompañar las iniciativas y destrabaron las negociaciones.