En un lapso de cinco días, Argentina deberá afrontar un pago de la deuda externa con el FMI de 1.100 millones de dólares. El viernes hay que abonar 730 millones de la divisa norteamericana y el martes 1 de febrero otros 365 millones. Pero en el oficialismo, el ala más cercana a la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, no ve con malos ojos una cesación de pagos. Esto implicaría, según en la jerga de los economistas, caer en default. De hecho, en las últimas horas, algunos funcionarios ya dieron a entender que esa posibilidad está latente, aunque por el momento se desconoce cuál será la decisión final del Gobierno.

“Si entramos en default, hay que saber que hay vida después del Fondo. Argentina ya entró varias veces en default”, remarcó Oscar Laborde, presidente del PARLASUR en declaraciones a El Destape Radio. Acto seguido, y en un tono un tanto irónico y sin preocupación por las negociaciones, el funcionario agregó: "El default te impide tener créditos internacionales, pero también te quedas con los dólares que le tendrías que pagar al Fondo. Esa cuenta no la hace nadie".

Por otro lado, el director del Banco Nación, Claudio Lozano, explicó en Radio Con Vos que Argentina “para poder acomodar las cosas necesita más plazo, quita de capital, que no haya sobrecarga de intereses y que no haya condicionalidades fiscales que ahoguen la recuperación”. En ese sentido, sostuvo que “ninguna de estas cosas están en el programa del FMI”.

Además, el economista puso de relieve la experiencia del default en 2001 que duró hasta 2006 y que, a su parecer, no trajo consecuencias negativas. “La contrapartida fue una Argentina que despegó con tasas de crecimiento importantes, con autonomía en su política económica, con efectos sociales positivos”, detalló.

“La posición es suspender el pago y seguir conversando”, lanzó contundente el funcionario, al justificar que “las reservas netas del Banco Central son inferiores a los vencimientos del primer trimestre”.

Sin temores, un sector del oficialismo se radicaliza contra el FMI y desafía el default

Otro dirigente que se sumó a los avales para evitar el pago de la deuda fue el diputado Leopoldo Moreau. “Default es una palabra que aterroriza, pero tampoco tiene que aterrorizar tanto como para creer que es el peor de los remedios”, aclaró también en Radio Con Vos, y agregó: “Yo no hubiera pagado los vencimientos del año pasado”.

“Nos empujan al default, no somos el partido del default, pero tampoco somos un sector político que va a entregar de pies y manos a la sociedad”, sentenció uno de los dirigentes del núcleo duro del kirchnerismo.

Fernanda Vallejos también se expresó en la misma línea y arremetió contra el organismo internacional y Estados Unidos. La exdiputada calificó al FMI como el “mayor violador sistemático” de los derechos humanos y advirtió que “la patria está en peligro”. “Estados Unidos pretende volver a arrasar, obligándonos a firmar un nuevo acuerdo de deuda con condicionalidades fuertes para pagar la estafa macrista”, alertó la economista, también muy cercana a Cristina.

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Pagar sin ajustar

Desde otro lado, el diputado del Frente de Todos Carlos Heller apenas se diferenció: “Nosotros queremos negociar y pagar, pero no ajustando”, dijo en Radio 10. “Estamos en una trampa. Pagar como no hacerlo, es un problema”, reflexionó, y sumó: “Un mal arreglo es peor que un no arreglo, nos condicionaría aún más".

En este contexto de incertidumbre, el oficialismo abrió paso a una mirada más radicalizada contra el Fondo Monetario. Lo cierto es que los moderados y dialoguistas del Frente de Todos tampoco apuestan a un acuerdo a cualquier precio.