Shock externo, sequía, tasas de interés y petróleo: define Marcos las causas de la crisis
Luego de una crisis económica que devaluó el peso, le costó el puesto al Presidente del Banco Central y a dos ministros, y golpeó sin piedad la imagen pública de Mauricio Macri, el Gobierno recuperó un poco de aire con la estabilidad proporcionada por los US$50 mil millones prestados por el FMI y la recategorización como "mercado emergente".
En relación a esa crisis "tormentosa", el jefe de Gabinete de la Nación, Marcos Peña definió cuáles fueron los causantes específicos de la crisis que sacudió los cimientos de una economía débil por los desmanejos de gestiones anteriores y que llevaron al país a una situación de fragilidad extrema.
Lejos de una posición autocrítica, Peña aseguró que la debilitación macroeconómica se debió a un "shock externo muy fuerte" al que se sumaron un fuerte período de sequía, las elevadas tasas de financiamiento externo y la suba del precio del barril de crudo de petróleo.
"Hemos enfrentado un shock externo fuerte que se combinó con un período de sequía, la suba de tasas de financiación externa y el precio del petróleo".
"Eso generó una situación de fragilidad en la recuperación de esa situación que transitamos los argentinos luego de haber recibido una economía muy complicada", señaló esta mañana, luego de la reunión de Gabinete en Casa Rosada.
Ahora, con el dólar temporalmente estabilizado y el proceso de desarme de Lebacs en funcionamiento, Marcos reafirmó el compromiso del Gobierno en alcanzar su meta de reducción de déficit fiscal para el próximo año, recuperar la autonomía energética y acabar con un déficit comercial que en el último período interanual llegó a duplicarse.
A su vez, ante el comienzo del debate en el plenario de comisiones del Senado, también hizo referencia a la ley de interrupción voluntaria del embarazo que ya tiene la media sanción de la Cámara de Diputados. Sin polemizar, le marcó un límite claro a la Iglesia católica, luego del acto en el que se manifestaron fervientemente en contra y al cual acudieron funcionarios oficialistas.
Y aunque aseguró que la relación que mantiene el Gobierno con el episcopado es muy buena, no cederán ante su pedido de un posible veto presidencial en caso de que la Cámara Alta le de caracter de ley al aborto.
"El Presidente ha sido claro que su convicción sobre la importancia de dar un debate republicano implica respetar el resultado de ese acuerdo y no vetar la ley", subrayó.