El gran objetivo de fondo del Gobierno es mostrar síntomas de recuperación. Buscan estabilizar la economía para evitar nuevos golpes a la clase media que provoquen más alarmas de cara a las elecciones de 2019. Y cuando las turbulencias aparecen automáticamente vislumbran los diferentes métodos para intentar surfear la crisis.

Con el presupuesto en el escenario y la pelea con los gobernadores, en estos últimos días quedaron bien marcadas las dos alas de Cambiemos: los políticos y los Ceos. Una que prefiere apelar a los métodos del barro político y otra más técnica.

Mientras María Eugenia Vidal y Larreta salieron a alertar y reconocer tiempos de ajuste y admitir que hay una inflación mayor a la esperada, otros integrantes de la mesa chica de Macri (Marcos Peña, Gustavo Lopetegui y Mario Quintana) festejan el cierto alivio con el dólar y el encaminado ajuste después del acuerdo con el FMI.

Del otro lado, el ala más política encabezado por la gobernadora de la provincia de Buenos Aires y el jefe de gobierno porteño le pusieron un freno a la celebración y dejaron entrever que aún quedan unas cuantas jugadas en el tablero para llegar con aire al próximo año.

"Sabemos que la inflación es más que la esperada y está pegando mucho más en los alimentos", reconoció Vidal

"Sabemos que la inflación es más que la esperada y está pegando mucho más en los alimentos", aseguró la mandataria provincial durante la presentación de su plan de descuentos para supermercados del Banco Provincia. "Estamos pasando meses difíciles, pero vamos a superarlos”, agregó. Un mensaje que no coincide con el que prefiere el tridente que está a la par del Presidente.

Los dos grupos están marcados y no se esconden ni siquiera públicamente. Preocupa, sin embargo, a un sector del Círculo Rojo las diferencias y los cruces entre los referentes de Cambiemos. Todo, claro, con el escenario electoral que empieza a golpear la puerta y con las expectativas depositadas en una reelección.

Todos están en el mismo barco y buscan objetivos similares, aunque con marcadas diferencias en los métodos para intentar alejar los rumores de una nueva crisis que golpea las puertas de la Casa Rosada. ¿Seguirán los cruces o habrá tregua por un rato?