Después de sufrir una nueva amenaza de muerte luego de retirar a su familia de la provincia de Santa Fe, el gobernador Maximiliano Pullaro advirtió que piensa "redoblar la apuesta" contra los narcos y aseguró sobre la situación de vivir rodeado de mensajes mafiosos: "Ni me victimizo ni ando llorando".

Decidí sacar por un tiempo a mi familia de la ciudad de Rosario hasta que esto se tranquilice”, contó el mandatario, quien apenas lleva un mes de gestión en la Provincia y ya tuvo que mudar temporalmente a su núcleo más cercano, asediado por las intimidaciones.

“En el día de ayer, yo iba a inaugurar las oficinas del registro civil de la ciudad de Rosario y justo me entra una nueva amenaza donde habían dejado una nota a mi familia con un cartel sugestivo de donación de órganos”, contó este martes en declaraciones a radio Rivadavia y agregó: “Recibí amenazas el primer día de mi gestión, balearon un cajero y un hospital dejándonos amenazas a mi familia y a mí”.

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A pesar de la presión sobre su persona y su familia, el Gobernador aseguró que no lo van a "amedrentar" y que seguirá "peleando contra la delincuencia". Además, con respecto a la ciudad más candente del país en materia de delincuencia y narcotráfico reafirmó: “Rosario va a volver a ser la ciudad que fue”.

Si bien no brindó detalles de la mudanza familiar por motivos de seguridad, apuntó que la salida de la Provincia “será por un tiempo” y precisó: "Yo tengo hijos chicos y que no haya escuela nos favorece para este momento”.

“No me victimizo ni ando llorando”, añadió Pullaro, para luego apuntar a la responsabilidad de la dirigencia santafesina anterior en el nivel de agresividad e inseguridad que se vive en las calles y el descontrol en las penitenciarías. “Los últimos cuatro años no se controló la cárcel y cuando no se controla, estos tipos la única forma que tienen de seguir teniendo preponderancia es con mucha violencia”, consideró.

Asimismo, cuestionó que “durante muchos años" existió un "Estado bobo que, con prejuicios ideológicos, no persiguió al crimen organizado con la determinación que lo tenía que hacer”.

“Primero eran robos violentos y después empezaron con la venta de estupefacientes y drogas, que nos llevó a tener los niveles más altos de violencia de la historia de la ciudad de Rosario”, puntualizó el Gobernador, quien afirmó que se tomó "la decisión de aislar a los presos de alto perfil que han estado desde la cárcel haciendo ‘home office’, y de esos lugares mandaban a matar y extorsionar, además de que lideraban sus organizaciones narcocriminales”.

Pullaro consideró que “indudablemente" eso "golpeó en el corazón a estas organizaciones narcocriminales” y generó la reacción de los grupos delictivos.

Una de las amenazas que recibió Pullaro a poco de asumir la Gobernación de Santa Fe en diciembre pasado (Foto: NA).
Una de las amenazas que recibió Pullaro a poco de asumir la Gobernación de Santa Fe en diciembre pasado (Foto: NA).

El viernes pasado, en una entrevista televisiva a Telefé Rosario, el mandatario había asegurado que su familia estaba mal: “Los primeros veinte días dejé a mi familia encerrada en un departamento. Vivo en un departamento pequeño, por lo cual no la pasaron bien, y ahora la saqué de la ciudad, porque no creo que tengan que andar con diez personas de custodia permanentemente porque esos recursos se los sacás a la calle”.

"Yo me la aguanto porque sé en lo que me metí y en las acciones que llevamos adelante, pero no le vamos a permitir a los delincuentes que desde la cárcel hagan lo que quieran", agregó.

En el mismo sentido, apuntó que seguirán “manteniendo controlados a los detenidos que cometían delitos desde las cárceles, alojados en pabellones de alto perfil” y agregó: "Eso es lo que más molesta, y se avanzará para bajar los niveles de violencia y aumentar la seguridad en la ciudad".

El lunes, Pullaro brindó una conferencia de prensa luego de recibir la más reciente amenaza y concluyó: "No nos van a amedrentar, seguiremos trabajando en ese sentido. El ministerio de Seguridad está muy compacto, muy sólido en ese sentido".

Insistió en que él está "bien cuidado" y que sus años de trabajo en el ministerio de Seguridad le permitieron aprender cómo cuidarse "de estos delincuentes violentos".

El pasado 12 de diciembre, a poco de asumir, Pullaro fue intimidado mediante otra nota que fue dejada después de un tiroteo contra un cajero automático de una sucursal del banco Macro en Rosario. Al otro día, en otro ataque a tiros contra a fachada del hospital público de Emergencias -Heca-, presuntos sicarios dejaron otro mensaje amenazante dirigido a él y firmado por supuestos internos del pabellón 9 de la cárcel de Piñero.

Según la investigación, las amenazas surgieron en respuesta a la decisión gubernamental de trasladar a los presos de alto perfil de ese penal a pabellones más seguros para tenerlos más controlados y evitar que comanden delitos desde prisión.