En su Convención Nacional, el radicalismo ratificó su apoyo a Cambiemos (ahora Juntos por el Cambio) pero exigió una ampliación del espacio oficialista hacia otras fuerzas políticas. Desde ese momento, se especuló que el presidente Mauricio Macri entregaría la vicepresidencia a un dirigente radical, que podría haber sido Ernesto Sanz, alejado en el presente de la actividad política activa, y Alfredo Cornejo, el gobernador mendocino al que se le vence su mandato este año. El primer mandatario finalmente eligió al peronista Miguel Pichetto. ¿Por qué el radicalismo apoyó la decisión? Cornejo apuesta a quedarse con la presidencia de Diputados, pero el cargo históricamente es para el primero en la lista de la Provincia de Buenos Aires. Según Carlos Pagni, hay fuego amigo entre María Eugenia Vidal y el gobernador de Mendoza al que se le vence el mandato.

 

En sus reuniones en las diferentes provincias, los gobernadores le dijeron a Macri que dudaban de su capacidad para avanzar con las reformas que el oficialismo busca promover debido a que no tiene mayoría en ninguna de las cámaras. La decisión de Pichetto, además de intentar aplacar el humor de los mercados, apunta justamente a que el Senado se convierta en un espacio de gobernabilidad para las reformas estructurales en las que busca avanzar el Gobierno y frente a las cuales Pichetto ya adelantó que actuará siguiendo al pie de la letra las órdenes del Poder Ejecutivo, algo que Cornejo no podía prometer.